Héctor Rubén Brito, el ex jefe de la Unidad Regional Norte de la Policía (URN), abrió la etapa de declaraciones de imputados en el juicio oral por el homicidio de Paulina Lebbos, ocurrido en 2006.
El oficial retirado está acusado por los delitos de “encubrimiento real”; abuso de autoridad; coacción o amenaza condicionada; y falsificación ideológica de instrumento público. Bajo algunas de esas figuras, también están imputados Hugo Sánchez, ex jefe de la Policía; Nicolás Barrera, ex subjefe de la fuerza de seguridad local; y Eduardo Di Lella, ex secretario de Seguridad del gobierno de José Alperovich.
Brito declaró por primera vez desde febrero y se explayó seis horas, aunque no terminó su declaración. Continuará, al parecer, el martes, luego de las declaraciones de Virginia Mercado (el lunes), amiga de la joven asesinada y la última persona que la había visto con vida.
En ese tiempo, el ex jefe de la Regional Norte remarcó que Sánchez le habría solicitado que se quedara trabajando con Enrique García, el ex jefe de la comisaría de Raco, quien estaba a cargo del acta oficial del operativo por el hallazgo del cuerpo de Paulina, el 11 de marzo de 2006. “Quedate y dale un mano al pelot... este”, me dijo de manera textual.
Con esas expresiones, entre otras, Brito planteó que no tenía responsabilidad sobre la realización del acta y no habría participado en el procedimiento: el levantamiento del cuerpo y de las pruebas.
“Llegando a Famaillá, recibí una llamada de García. Me estacioné y me informó que estaba trabajando en un rastrillaje. Se lo escuchaba contento, un poco excitado. Decía que había encontrado el cuerpo. Me decía: ‘¡es Paulina! ¡Es Paulina!’”, expresó ante el Tribunal.
El comisario retirado contó, además, que él había “conseguido la famosa carpa” con la que taparon los restos de la joven durante la noche, en la ruta 341, en Tapia. “No entré (al sitio del hallazgo) porque quién soy para pisotear el lugar (...) Vi la cabeza y me dio mucha impresión”, recordó. Sin embargo, el acusado de encubrimiento no pudo dar más detalles sobre cómo se había realizado el procedimiento en ese sector del camino.
El imputado sí cuestionó la reincorporación de García, quien había sido pasado a “situación pasiva” (sin funciones), en 2007. “García se vistió de policía para cometer un acto ilícito. No pudo tuvo que ser beneficiado. No le encuentro ninguna explicación”, enfatizó.
El ex jefe de Raco fue condenado a cinco años de prisión por falsificación de instrumento público, en una causa vinculada al juicio oral por el crimen de Lebbos. Fue considerado culpable en ese juicio de haber falsificado las actas durante las tareas de investigación.
Cergio Morfil, defensor de Brito, cuestionó que la Jefatura de Policía había determinado sobre el comisario retirado el pase a disponibilidad, cuando ejercía destino (jefe de la URN).
Brito cuestionó la investigación que llevó a cabo Diego López Ávila, último fiscal del caso. Afirmó que el funcionario judicial lo habría presionado para que “hablara sobre los hijos del poder”. “Estuve un mes detenido. Estuve más de una semana en una cueva”, describió.