Al menos nueve de cada 10 mujeres sufrieron algún tipo de acoso en la vía pública. Así lo alerta un relevamiento realizado por la organización las MuMalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana) en 11 provincias del país el año pasado.
Más de 1.300 mujeres fueron consultadas para ese trabajo de investigación, que arrojó resultados dramáticos. Por ejemplo, que el 80% de ellas se sienten inseguras al caminar solas por las calles: un 63% admitió sentirse insegura y otro 17% muy insegura.
La investigación muestra que al 45% de las entrevistadas algún varón la siguió por la calle sin su consentimiento, al 36% algún varón la tocó o le mostró sus genitales sin su consentimiento en la calle; y al 17% algún varón se masturbó frente a ellas en el espacio público.
También se viven situaciones de acoso en las paradas de colectivos: a un 44% de las consultadas la acosaron verbalmente y un 25% fue víctima de robo o arrebato. Los viajes en taxi fueron otro tema de consulta: el 53% se mantiene comunicada con alguien durante el viaje.
"Saludamos el dictamen favorable obtenido en plenario de comisiones del Senado sobre el proyecto contra el acoso sexual callejero, y esperamos su definitiva aprobación. El Observatorio MuMaLá puso en evidencia los diferentes tipos de violencia que atraviesan a las mujeres en el espacio y transporte públicos que exigen políticas públicas activas para la prevención, asistencia y sanción de los agresores. Aún están pendientes respuestas estatales orientadas a fortalecer la autonomía y libertad de tránsito de las mujeres", planteó Milsa Barros. "Entendemos que estas políticas públicas deben diseñarse desde la inclusión de la perspectiva de género en la planificación urbana, del sistema de transporte, en la formación de las fuerzas de seguridad públicas y en acciones de seguridad ciudadana", añadió.
El proyecto con dictamen favorable busca ampliar la definición de acoso callejero, apuntando a incorporarlo al artículo 6° de la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Este ya fue aprobado en DIputados en septiembre, y originalmente definía a la “violencia contra las mujeres en el espacio público” como “aquella ejercida contra las mujeres por una o más personas en lugares públicos o de acceso público (…) a través de conductas o expresiones verbales o no verbales con connotación sexual, que afecten o dañen su dignidad, integridad, libertad, libre circulación o permanencia, o generen un ambiente hostil u ofensivo”.
El Senado mantendrá esa definición, pero incorporará también las “insinuaciones y gestos que resulten ofensivos, humillantes y denigrantes”, y “cualquier tipo de tocamiento o roce corporal intencional e indebido”.