La inseguridad llegó a Raco y parece dispuesta a quedarse. La peor parte la padecen los veraneantes. Durante los días hábiles, sus casas quedan sin gente y se convierten en un blanco tentador para los ladrones y fácil, por la falta de controles. La ola de robos generó preocupación entre los vecinos. Algunos hablaron de un total de 35 casas robadas en lo que va del año. Es una cifra que no está asentada en ningún registro oficial, porque en la mayoría de los casos no está radicada la denuncia policial.
Un grupo de veraneantes que integra la comisión de vecinos de Raco se reunió ayer, al mediodía, en el almacén El Zanjón. Hay una luz de alerta entre los propietarios a raíz de que cada vez los robos son más violentos. Además advirtieron que no hay controles para las motos que ingresan a la villa veraniega. “A veces vienen en patota en motos y se mueven por todos lados con total impunidad, porque nadie los controla”, afirmó Silvia Cuenya de Franck.
El nivel de inseguridad es tan alto que la propia sede de la comuna rural fue atacada por los ladrones. Para colmo, la administración está en etapa de remodelación y se llevaron herramientas de construcción que eran utilizados por los obreros. Otra sede temporaria que utiliza la comuna, ubicada a una distancia aproximada de tres kilómetros, donde tiene su oficina el delegado comunal Juan Luis Stok, también recibió la visita de los delincuentes. De ese edificio se llevaron una computadora, según relató el vecino Luis Alberto Sánchez.
Además dijo que, cada vez que se acerca la etapa electoral empieza una ola de robos. “Siempre pasa lo mismo -remarcó-; para mí esto no es casual, es político”, dijo.
Gerardo Rabi atiende una carnicería, frente a la escuela, y contó que la mayoría de los clientes llegan enfurecidos a contar sobre los robos que se suceden todas las semanas. “Cada vez son más los vecinos que han sufrido un robo -dijo Rabi, mientras atendía a sus clientes-; es preocupante, porque no vemos que se tomen medidas para cambiar esta situación”, señaló.
Sin luz
Amelia “Gunny” Colombres, integrante de la comisión de vecinos, advirtió que uno de los principales problemas es la falta de iluminación. “De noche, aquí, la ruta es muy oscura -afirmó-; para mí hace falta una buena iluminación”. A su lado, Nike Filipovich remarcó que el problema es la falta de gestión política para conseguir recursos. “La Policía no cuenta con los medios necesarios para ejercer su rol y hacer los controles -planteó-; los fines de semana aumenta la circulación de motos y nadie hace nada”.
Todos tienen para contar algún robo sufrido por un familiar o un allegado. Pareciera que nadie se salva de los ladrones. Silvia Cuenya advirtió que hay casos de gente que ha sufrido cuatro robos en una misma casa. “Aquí muchos lugareños dicen que se sabe quiénes son los que participan en estos hechos, pero nadie actúa al respecto”, precisó.
Nike Filipovich insistió en que hace falta una mayor gestión para dotar con vehículos a la Policía. “Creo que el delegado sólo da soluciones temporarias”, afirmó.
Por la metodología de los robos y las cosas que se llevan, la mayoría considera que se trata de gente del lugar en sociedad con otros de afuera.