- El arriero Miguel Correa
Hace unos cuantos años me trasladé a la ciudad de Banda del Río Salí para ubicar una academia de folclore, Los Arrieros, para hacerlos actuar un 20 de junio en mi barrio, que cumple años en esa fecha. Grande fue mi sorpresa al llegar: un salón de grandes proporciones, adornados con miles de trofeos de todos tamaños y colores. Jamás había visto tantos bombos, gauchos y “chinitas” de todas las edades ensayando. Al terminar me atendió un corpulento hombre. “Soy Miguel Ángel Correa, el dueño de este emprendimiento, basado en un sueño de hacer folclore a lo grande, que sea distinto, pero que respete las tradiciones, para lo cual involucré a toda mi familia, y tanto es así, que en estos momentos, Martín, Rita y Nicolás están actuando en Europa, y con orgullo debo decir que son mis hijos adorados”, me respondió. Cuando pude hablar le dije: “mi madre también es de apellido Correa”. Y me respondió: “No me digas que eres hijo de Selva y sobrino de Belarmino; entonces ellos son mis tíos y nosotros somos primos”. De inmediato me invitó a comer y empezó una gran amistad familiar. Ya habían ganado un concurso en el programa televisivo de Marcelo Tinelli. Me mostró ese cheque grandote y me contó cómo, en silencio, realizaba un formidable trabajo de integración e inclusión con las personas con discapacidades, a muchos de los cuales no les cobraba y los trasladaba. Este gran tipo, con un corazón grandote como se cuerpo, se ocupaba de todos menos de él, y Dios se lo llevó a que le ordene el sonido de los truenos y, entre nube y nube, siga arreando sueños. Gracias, primo querido, por sembrar lo que dejaste.
Francisco Amable Díaz
Pedro G. Sal 1.180 - B° 20 de Junio
San Miguel de Tucumán
- El abogado del diablo
En estos días surgieron dos cuestiones relacionadas con los nombramientos de magistrados y ministros en el Poder Judicial. Uno de ellos referido a cuestiones de autenticidad de antecedentes y, otro, sobre el mecanismo de elección de los mismos, haciéndose puntual hincapié (reiterada y empecinadamente) en el tema del “promedio de aplazo”. Sobre este segundo aspecto quisiera referirme, ya que hasta el Colegio de Abogados se pronunció por que se considere en la valoración de los antecedentes ese aspecto. El aplazo, en el caso puntual de una carrera universitaria, expresa que el alumno no alcanzó los objetivos de conocimientos necesarios para aprobar la materia. Pero no puede desconocerse que la posterior aprobación de la misma evidencia que poseía los conocimientos necesarios para ser aprobado. Si eso se tomara como determinante, como se propone, también deberían ser considerados varios otros aspectos, tan subjetivos como ese, pero igual de importantes, como ser: 1) en la escala de clasificación, superado el 3, a partir de la calificación 4 se aprueba y el 10 determina una excelencia en el aprendizaje de la materia que se rindió; 2) El título universitario se otorga a quienes aprobaron todas las materias, es decir, que evidenciaron tener los conocimientos para ello, superando aplazas en algunos casos, m lo que expresa un valor muy importante en el alumno: “la resiliencia”, o sea la capacidad de superar infortunios, como puede haber sido un aplazo; 3) Un profesional que se postula para un cargo, por ejemplo, del fuero Civil, pero en su carrera obtuvo 10 en todas las materias de Derecho Penal, pero 5 o 6 en las materias de Civil, ¿debería ser considerado como no suficientemente idóneo para ese cargo, ya que el “fuerte” de él fue el tema civil?; 4) Se podría, entonces, también evaluar su desempeño profesional, ya que un abogado, supongamos, perdió más juicios que otro, ¿detentaría una menor eficiencia en el ejercicio de la profesión y evidenciaría que no es tan bueno en ello?; 5) Se requiere también de los postulantes cierta antigüedad en el ejercicio profesional, ¿se debería, además, valorar cuántos casos atendió en ese período?, ya que en igual lapso de tiempo uno que atendió, por ejemplo, la mitad de casos que otro postulante, llevaría a presumir que su experiencia no es la misma y ella, la experiencia, es fundamental en la determinación de la capacidad del profesional; 6) No se puede desconocer que el ejercicio de la Magistratura se lleva adelante con la asistencia de secretarios, prosecretarios y relatores, etcétera, por lo que sin duda se debe considerar el criterio que tendría que tener el ganador del concursos para trabajar en esas circunstancias, ya que sus decisiones nunca podrán ser absolutamente personales, sino el fruto de un sinfín de aportes de sus colaboradores, más su acción personal; 7) Un abogado que no tuvo muy buenas calificaciones en su carrera, pero se empeñó en realizar cursos, asistir a congresos, etcétera, ¿deberá ser subevaluado en sus méritos, respecto a otro que se recibió con altas calificaciones, pero no efectuó tantas capacitaciones como su circunstancial contendiente?; 8) La evaluación a la que se somete a quienes pretenden el cargo, es lo suficientemente determinante de la capacidad que en ese momento detentan los aspirantes, ya que palmariamente demuestra que sí son capaces de atender los problemas que les planteará el ejercicio del cargo. Estimo, por todo ello, que son las citadas preguntas las que deberían hacerse quienes están enfocándose en un solo aspecto de la cuestión, sin considerar el complejo universo de la evaluación y la consiguiente calificación, cuando se aspira a un cargo de tanta responsabilidad.
Carlos Brepe
Moreno 57, departamento 3
San Miguel de Tucumán
- Música de alto volumen
Soy una persona de 70 años que, con altísimo riesgo para mi salud, permanezco despierta prácticamente todos los sábados, desde la medianoche hasta el amanecer, debido a la música de alto volumen que emana del inmueble lindero, ubicado en calle Rawson primera cuadra (ex sede de la Sociedad Argentina de Locutores-Tucumán), cuyo alquiler para eventos, especialmente despedidas de soltero, se promociona a través de internet. Recurro a LA GACETA porque, a pesar de gestiones realizadas, me siento desamparada y temo por mi seguridad. El inmueble, que fue construido para casa-habitación, carece de todo requisito como casa de fiestas, tal como contar con el aislamiento sonoro que requiere el fin comercial que ahora se le está dando. La Municipalidad está al tanto de la situación, vía expediente Nº 11520/260, además de otras denuncias efectuadas a través de su página Web. Pero la situación continua. Públicamente, le solicito a la Municipalidad que realice las verificaciones correspondientes y actúe. La contaminación sonora y sus perjuicios han sido objeto de estudio por parte de diversos grupos de profesionales, que han señalado su nocividad sobre la salud. Es hora de que tanto nuestros legisladores como nuestros concejales se ocupen del tema, y refuercen la legislación vigente y que los ejecutivos la hagan cumplir, a fin de que la contaminación sonora no deteriore las condiciones de vida de víctimas impotentes. Marco esto porque, a pesar de que solicité la intervención policial y la policía efectivamente interviene, la omnipotencia de los infractores se expresa desafiante ya que aumentan el volumen, con total falta de consideración al vecindario.
Alba Juárez
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