Ricardo Zielinki habló como si hubiera sido un partido más, como si Atlético no hubiera levantado otro pagaré contra los grandes en Buenos Aires. Si el “Decano” hasta ahora le había ganado a Boca, en La Bombonera, a River, en el Monumental y a Independiente, en la vieja Doble Visera y en el actual Libertadores de América, ayer festejó por primera vez contra San Lorenzo de visitante (arrastraba un empate en 1975 y tres derrotas seguidas, en 1981, 2009 y 2017). Pero el DT no habló de “historia” sino de “inteligencia”.
“Hicimos un partido inteligente. Marcamos la diferencia en el primer tiempo y lo manejamos bien, la ventaja nunca estuvo en peligro”, dijo.
“Cuando vas ganando 2 a 0 querés cuidar la diferencia y, aunque no era la idea, ellos en algún momento nos llegaron. Pero hemos ganado correctamente. Hicimos un partido serio”, analizó Zielinksi.
Lo que además dejó la victoria en el Nuevo Gasómetro es que Atlético, ya escolta del único puntero, Racing, comienza a cambiar su foco del año en la Superliga: deja de mirar la tabla de promedios y comienza a otear el liderazgo. Zielinski todavía no lo dijo abiertamente, pero lo dio a entender. “Vamos partido tras partido y en algún momento la realidad nos va a acomodar en el lugar que merezcamos. Ahora queremos sumar. Cuando arrancamos el torneo estábamos en la misma situación de los últimos cuatro o cinco de la tabla. La idea primaria era hacer una muy buena Copa Libertadores y sumar la mayor cantidad de puntos para que Atlético se instale en Primera. El campeonato anterior no era bueno”, expresó.
En ese sentido, el “Ruso” agregó: “la idea nuestra es pelear lo más arriba posible para no pelear en la tabla de abajo. Tenemos la ilusión de todos los equipos de estar lo más arriba posible. A veces alcanzará y a veces no. Pero cuando llegué puse los objetivos bien altos. Llegamos a la final de la Copa Argentina contra River y estuvimos entre los ocho mejores de América. Ahora también acomodamos medianamente al equipo respecto a un campeonato malo que teníamos”.
Mientras la ansiedad lógica llevó a muchos periodistas a preguntarles a los futbolistas sobre el clásico contra San Martín, Zielinski se fijó metas más inmediatas. También, claro, porque Belgrano (el viernes, a las 19, en Córdoba) es un partido especial desde lo emotivo para el entrenador: “lo único que miro es lo que viene. Tenemos un partido muy difícil para mí, el tema de Belgrano, y pienso en eso, nada más”.