El ministro de Defensa argentino, Oscar Aguad, considera que no existe tecnología en el mundo que permita rescatar el submarino ARA "San Juan" de la profundidad del Atlántico Sur, pese al reclamo de varios de los familiares de los 44 tripulantes para que sea reflotado.
"Argentina no cuenta con medios técnicos para rescatar o reflotar el submarino y no debe haber en el mundo ninguna tecnología para traer de los 900 metros de profundidad una mole de 2.300 toneladas de peso", declaró Aguad a radio Mitre de Buenos Aires, que fueron reproducidas por la agencia DPA.
El ministro se mostró firme al asegurar que "no es que sea una decisión (del Gobierno), no se puede (reflotar)".
No hay certezas de una operación exitosa
Expertos en casos como el ocurrido con el ARA San Juan enumeraron hoy una diversidad de razones y particularidades que llevan a la conclusión de que es prácticamente imposible reflotar al submarino.
Se calcula que en el lugar del hallazgo, la densidad del agua es de 90 kilos por centímetro cuadrado, factor que determina por sí solo la imposibilidad de que pueda operar un equipo humano en el lecho donde quedaron los restos del San Juan, dijeron especialistas consultados por Télam.
"Es tan difícil como ir a la Luna", apuntó el contraalmirante retirado Guillermo Delmer acerca de la complejidad de un rescate bajo esas condiciones.
Delmer, actual director del Centro de Investigación y Entrenamiento Marítimo y Fluvial, habló de la vocación y patriotismo de los marinos, "que saben que el mar es su vida y también puede ser su tumba eterna".
Una alternativa posible puede ser el uso de un vehículo robot teledirigido, que a lo sumo podría rescatar alguna parte del submarino, apuntó al igual que otros expertos consultados.
Si se decidiera utilizar cables de acero con brazos de palanca, tampoco se podría garantizar una subida controlada, ya que habría que realizar maniobras muy riesgosas, apuntan los expertos en referencia al peligro de desvíos o cortes de las ligaduras.
Además advirtieron sobre factores adversos como el peso del submarino, de unas 1.140 toneladas, y el ingreso de agua en su interior.
Tampoco se puede utilizar a 900 metros de profundidad un sistema neumático, porque resulta imposible descender con un volumen de aire comprimido ya que la operación puede descontrolarse.
"No hay nada que garantice el éxito de una operación de este tipo, que además sería muy costosa", dijo a Telam un experto que pidió reserva de su nombre.
"Hay que evaluar el costo-beneficio del rescate, pero además la tarea requiere de un análisis en detalle previo de la posición del sumergible, sus restos esparcidos y cálculos pormenorizados de volúmenes y tamaños a remover", comentó.
Destacó además que no hay antecedentes en el mundo sobre el reflotamiento de un submarino a la profundidad en la que se encuentra el San Juan.
El caso del submarino Kursk
Países con tecnología de punta, como Estados Unidos o Rusia, han dejado muchísimas veces a submarinos de su propiedad hundidos después de llegar a la conclusión de que era inviable sacarlos a la superficie
Un caso especial y muy recordado es el del submarino Kursk, que colapsó en el mar Barents el 12 de agosto de 2000, con 118 tripulantes a bordo; pero a diferencia del San Juan, quedó a menos de 200 metros de profundidad y su reflotamiento habría sido decidido porque se trataba de una nave nuclear.
El gobierno ruso pagó entonces 65 millones de dólares a la empresa holandesa Smit International y Mammoet, para sacar los restos del Kursk.