Por Federico Espósito
18 Noviembre 2018
LO MARCARON DE CERCA. Nicolás Sánchez fue uno de los mejores del equipo, pero su aporte no alcanzó para salvarlo. prensa uar FOTO PRENSA UAR
Como suele pasar cuando hay una noticia mala y una buena que dar, conviene empezar por la mala para que su efecto quede anulado o se diluya al menos parcialmente en el de la buena. Y en este caso, la mala es que Los Pumas sumaron otra derrota a su foja 2018: Francia fue inobjetablemente superior, salvo en algunos pasajes puntuales del test match que tuvo lugar en Lille, y logró un merecido 28-13 que le permitió cortar una racha de cinco derrotas consecutivas.
Ahora la buena: no había en este partido nada más en juego que algunos puntos en el ranking World Rugby. Distinto será el partido del 21 de septiembre de 2019, cuando argentinos y galos se midan en Tokio para definir buena parte de sus posibilidades de clasificarse a cuartos de final del Mundial. La buena noticia entonces es que, por suerte, todavía hay tiempo de trabajar los puntos flacos que evidencia el equipo de Mario Ledesma antes de ese choque trascendental.
Lo que más claro queda después de estas derrotas a manos de Francia e Irlanda (por cierto, ¡qué gran triunfo del “Trébol” frente a los All Blacks!) es que en estos 10 meses y monedas que quedan hasta el debut en suelo nipón habrá que hacer cirugía mayor en el scrum, formación que ayer volvió a dar muestras de una fragilidad preocupante. Pasan los partidos y el rendimiento argentino en la pulseada de packs no muestra síntomas de mejoría, por lo que el argumento de echarle la culpa al proceso anterior, el de Daniel Hourcade y su staff, va perdiendo cada vez más peso.
Al año le quedan dos partidos (Escocia, la próxima semana, y el cierre con Barbarians en Twickenham) para seguir evaluando el desempeño de la formación.
En general no fue bueno lo de Los Pumas en Lille. La solidez defensiva que había mostrado frente a Irlanda se vio reemplazada por ciertas desconcentraciones que facilitaron el despliegue ofensivo de Francia, protagonista a partir de la segunda mitad del primer tiempo en adelante. Los Pumas no supieron capitalizar ese gran comienzo con el try de Ramiro Moyano al minuto y medio de juego, y cayeron a manos de un equipo francés más fino y efectivo, apuntalado por el gran Mathieu Bastareaud, una bestia en todo sentido.
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