El ROV (Remote Operated Vehicle) bajó al mar por medio de una grúa, que a su vez lo mantenía unido al buque. Esa unión estaba compuesta por cables que lo sostenían y otros por donde pasaban los datos que el sumergible enviaba al centro de mando, que recibió la noticia del hallazgo de la nave.
El submarino ARA San Juan fue localizado sobre el lecho marino con el casco totalmente deformado, colapsado e implosionado y sin “aberturas de consideración”. Además algunas partes de la hélice estaban enterradas y otros restos desperdigados en un radio de 70 metros, según lo informó ayer el jefe de la Base Naval de Mar del Plata, capitán Gabriel Attis, a los familiares de los tripulantes.
Attis detalló el estado del buque, que se encontraba desaparecido desde el 15 de noviembre de 2017, durante dos encuentros que mantuvo durante la madrugada con los familiares, en el hotel céntrico marplatense en el que se alojan y en el predio naval donde amarrar el sumergible hundido.
Según explicó, el buque “Seabed Constructor” de la empresa Ocean Infinity llegó al área del búsqueda a las 22.20 del viernes y comenzó la exploración con un vehículo de operación remota (ROV) a las 23.30.
Precisó que el punto inspeccionado se detectó a 907 metros de profundidad sobre el lecho marino. Según las imágenes captadas por el dispositivo “el casco resistente se encuentra en una sola pieza, totalmente deformado, colapsado e implosionado, y sin aberturas de consideración”.
Desde la proa
“Se detectó un tubo de aire de alta presión sobre el fondo, más adelante se hallaron pedazos de la libre circulación de popa -señaló Attis-. En cercanías se divisó el casco resistente en su totalidad desde popa hasta proa por la banda de estribor, observándose que no se encontraba ninguna parte externa al casco resistente adosada al mismo”, agregó al exponer antes los familiares.
El jefe de la Base indicó que en un avance hacia la proa se pudieron apreciar tres mástiles torsionados hacia popa, interpretando que corresponden al periscopio de ataque, periscopio de observación y mástil de Medidas de Apoyo Electrónicas.
“En la calota de proa -detalló- se observaron los tubos lanzatorpedos sin sus puertas externas y la ausencia de los tanques de lastre y libre circulación. Recorriendo hacia popa se identificaron el tanque de embarque de torpedos, la escotilla de baterías de proa cerradas y la garita de buzos”, acotó. El informe leído por Attis señaló también que “sobre la banda de babor, el casco resistente se observa muy deformado hacia el interno, la calota de proa visiblemente íntegra y compartimento de torpedos y cámara de oficiales totalmente colapsado hacia el interno”.
En cercanías de la proa y sobre la banda de babor, se identificó la vela del buque “recostada sobre su banda de babor”, y con su estructura “prácticamente integra”.
“En cercanía de la vela se encontró la línea de eje, y la hélice con dos de sus palas enterradas en el fondo y las cinco siguientes totalmente visibles. Siguiendo hacia popa y en cercanías del casco resistente se observaron restos de los tanques de lastre de popa, con el timón vertical y los planos de popa en posición a subir”, agregó.
Attis indicó que “la gran mayoría de los restos observados se aprecian dentro de un radio aproximado de 70 metros del casco resistente, lo que se interpreta como restos de una implosión cercana al fondo”.
Cuatro familiares viajaban como veedores en el operativo de la empresa privada. “Cuando todo parecía terminado, ¡los encontramos!” fue el mensaje que escribió el padre de un tripulante desde el barco del operativo.