Caso Lebbos: Sánchez pidió careo y casi se quedó sin defensor
En la última audiencia, el Tribunal no hizo lugar a una solicitud de la querella de remoción de Biagosch, abogado de Sánchez. El ex director de la Policía Científica dijo que le ofrecieron firmar un acta, en la que revertía su denuncia de amenazas.
El imputado Hugo Sánchez y su defensa técnica fueron otra vez el centro de discusión durante el juicio por el crimen de Paulina Lebbos. Un careo entre el ex jefe de Policía y Fernando Vázquez Carranza, ex director de la Científica, solicitado por la propia parte, terminó condicionando la estrategia centrada en quitar valor a la acusación de amenaza del testigo y revertir la prisión preventiva del funcionario alperovichista, vigente desde hace más de seis meses.
El ex director de la Policía Científica acusó al abogado de Sánchez, Alejandro Biagosch, de haber impulsado la confección de un acta, en el que quedara registrado por escrito un cambio de posición, respecto de su denuncia de abril. El médico explicó que se había negado a firmar el escrito, ya que ahí reconocía que “nunca Enrique Andrada Barone ni Luis (’Niño’) Gómez mencionaron a Sánchez”, y que “debía manifestar que nunca se había sentido amedrentado, ni antes ni después, tanto por parte de Andrada Barone como de Gómez”. También expresaba su amistad con esas personas, entre otras cosas.
Vázquez Carranza aclaró ante los vocales de la Sala III, Carlos Caramuti (presidente), Dante Ibáñez y Rafael Macoritto, que se había contactado en septiembre con el letrado, ante las versiones de un posible pedido de falso testimonio del propio testigo. Las declaraciones involucraban a Hugo Sánchez.
“Dijo que fue a un lugar donde tenía que firmar un acta, pero que quiso hacerlo cuando la vio; ¿dónde fue?”, le preguntó Caramuti. “A una escribanía de Marco Padilla, en calle Maipú (al 500)”, respondió el declarante.
“Él me había dicho que pase por la escribanía a firmar el acta. Yo desconocía el tenor del escrito. (Pero) era mentirosa; quedaba como un mentiroso ante este Tribunal”, agregó, con referencia a los contactos con Biagosch.
Sánchez está detenido desde el 25 de abril pasado por amenazas. La medida había sido confirmada ante la denuncia de Vázquez Carranza, quien había revelado que el abogado Andrada Barone había enviado mensajes por Whatsapp haciendo referencia a “saludos” de parte del “Niño” -condenado hace un mes por el homicidio del comunero Javier Chocobar-. Además, el médico había denunciado que un desconocido se había presentado a la salida del colegio de su hija.
Ayer, el ex director de la Científica afirmó que “siguen los movimientos de sus hijos”. “En el lugar de alojamiento (detención), Sánchez tiene acceso libre a medios electrónicos. De esa manera fue personal mandado al colegio; fueron a buscar a mi hija”, dijo.
Biagosch, por su parte, negó que haya participado en la redacción del acta y que el testigo no había podido determinar el origen, ni quién había sugerido ese documento. “No se sintió amedrentado para firmar”, reforzó.
“Vázquez Carranza encontró a mi secretario de apellido Córdoba, a quien le dijo que estaba preocupado porque había incurrido en un falso testimonio”, señaló. Rechazó la versión de que Sánchez podía acceder a medios tecnológicos para comunicarse con otras personas.
Emilio Mrad, representante de la querella, solicitó al Tribunal el apartamiento de Biagosch y que se remitiera el caso a la Fiscalía IV, que investiga Andrada Barone y Sánchez por coacción.
El fiscal Carlos Sale solicitó un apercibimiento para el letrado cuestionado. Mientras que los defensores Gustavo Morales y Biagosch requirieron el falso testimonio y la detención del médico.
El Tribunal, por unanimidad, llamó “severamente la atención” al defensor de Sánchez y decidió diferir los pedidos al fallo final, aunque rechazó la solicitud de detención del médico y no hizo lugar al pedido de separación del letrado.
“Quedó en evidencia que hubo una reunión (entre Vázquez Carranza y Biagosch), mensajes de Whatsapp (...) Hay una serie de maniobras destinada a encubrir la verdad y fue visible cómo se abroquelaron los abogados para desviar la atención de los delitos”, dijo Alberto Lebbos, padre de la víctima. “Como Paulina era una mujer, esos machistas y misóginos apelan a cualquier recurso para salvar a sus clientes”, expresó. En la audiencia de ayer se volvió a hacer referencia a la “asfixia erótica”, a partir de los “whatsapp”.