AUTOBIOGRAFÍA
NOTICIAS DE LO INDECIBLE
IVONNE BORDELOIS
(Libros del Zorzal / Edhasa - Buenos Aires)
“¡Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir” dice Tzinacan, el sacerdote de Qaholom. Este libro es una extraña y bella autobiografía en la que la autora pretende entender, diciendo lo indecible de la propia vida. Entonces ¿qué es lo indecible si aquí se dice tanto? La vida, la vida misma –que no somos nosotros– que nos enfrenta, nos interroga. La vida plena de contradicciones, felicidades, dolores, halcones blancos de infancia; de enigmas y de belleza; de ausencias, amores, triunfos y fracasos, siempre inesperados, sorprendentes, esto es lo indecible que nos empeñamos en decir.
“No hablo de la mía propia sino de la vida en general: ese cauce de sucesos que acontece todos los días: imprevisibles o tediosos, horrorosos o maravillosos”, asevera Ivonne Bordelois en el inicio.
Se trata de una autobiografía nada convencional. Si bien su autora vivió en varios países, estudió con personalidades de la cultura universal como Chomsky y Merleau Ponty, se relacionó con poetas de la talla de Alejandra Pizarnik, fue catedrática de Utrecht, padeció manía depresiva, se rodeó de amigos imprescindibles, poetas, escritores, vivió una infancia maravillosa que la sostiene -y sobre todo, caminado por el mundo con los ojos abiertos y el corazón palpitante- , nada de eso agota lo que fue su vida.
Y ése es el profundo encanto de este libro. Su lectura me sugiere el uso de metáforas sensibles para hablar de él: dulce, mullido, silencioso, vociferante, agrio, durísimo, poblado de olores de campo, de mares, de patios de tierra, de cantos de pájaros, de amigos fieles y tertulias alegres, de cartas enviadas y recibidas. Está escrito con sabiduría e inteligencia de lingüista y sensibilidad de poeta, de ese poeta que la habita.
“Comprendo que la mía era una empresa inviable […] La vida nos rebalsa, nos supera[…] Ella nos dice a nosotros y nosotros no podemos decirla. La vida; la maravillosa, la maldita vida indecible” (página 283).
Gran conocedora del lenguaje, teje con palabras sugerentes, inquietantes, bellas, una historia o varias historias de su pasado o de lo que ella imagina como tal – lo que es irremediable– y, con esos retazos de memoria construye una autobiografía conmovedora.
CRISTINA BULACIO