> Puntos clave
1 - Víctor Justiniano Chocobar está denunciado por tres alumnas y ex alumnas por presunto acoso sexual.
2 - A principios de agosto la UNT inició un sumario en su contra y lo suspendió por 30 días primero y luego por 60 días más.
3 - Vencida la suspensión, desde esta semana el docente fue reubicado y no podrá tener contacto con alumnos hasta que termine su sumario.
Mencionar a Víctor Chocobar en los pasillos de la Facultad de Derecho se ha convertido en una especie de espantaconversaciones. Al menos eso sucede cuando la prensa pretende conocer la opinión del alumnado “común” respecto de este docente, acusado y sumariado por presunto acoso sexual a al menos tres alumnas. Los estudiantes que deambulan entre clases y anfiteatros abren los ojos y cierran la boca cuando escuchan ese nombre, y sólo se animan a emitir comentarios previo compromiso de resguardar su identidad. Lo curioso es que esos silencios son más para ponderar sus dotes como profesor que para criticarlo por sus sospechadas inconductas.
El mismo docente, en diálogo con este diario, desafió en más de una oportunidad a conversar con “los alumnos comunes”, como él llama a aquellos que no tienen actividad política dentro de la facultad, lo que podría inclinar su balanza de opiniones a uno u otro lado. Pero muchos de esos estudiantes no quieren emitir opinión sobre este asunto que escandaliza dentro y fuera de los claustros, por temor a quedar aislados de uno o del otro lado de la “grieta”.
“Me parece un gran docente, excelente. Como pocos. Se toma todo el tiempo necesario para enseñar los temas y luego para explicar los porqués de tal o cuál nota cuando corrige exámenes. Casi nadie hace eso en esta facultad. De hecho, es uno de los cuestionamientos que se hace al nuevo equipo de cátedra que se hizo cargo de su comisión”, expresa una estudiante que este año recursa Derechos Reales, la materia que dicta Chocobar en el segundo cuatrimestre. El año pasado, ella cursó con el docente denunciado, y este año volvió a elegir su comisión.
Ella, como muchos otros consultados por LA GACETA, no quiere ponerle nombre y apellido a sus opiniones. Y además de ponderarlo como educador, pone un pero: “lo que no me gusta es la relación que tiene con algunos estudiantes”, dice la alumna y luego se explaya: “eso de que algunas chicas le acerquen chocolates, le den regalos...”. Lo narra como algo sabido por todos, pero a ella le hace ruido.
“Para mí es un gran docente, muy pedagógico y paciente con los alumnos. Yo nunca he tenido problemas con él, a pesar de lo que se dice”. Esta alumna, que asegura haber aprobado Reales sin inconvenientes y casi sin mediar palabra con Chocobar, sostiene que no le conviene opinar a su favor porque todavía tiene que rendir la materia Mercosur, y puede que le juegue en contra. “Es que todos (los docentes) están involucrados, de una u otra manera”, dice y corta en seco la charla.
“Yo prefiero no emitir ningún juicio de valor al respecto y todo lo que se tramita se hace a través del Consejo Directivo. Sí puedo decir que me preocupa que haya otros casos (de denuncias en el marco del Protocolo contra la violencia de género) que no se estén investigando”. Esa afirmación si tiene nombre y apellido: es Yanina Vilca, consejera directiva estudiantil por la minoría y colaboradora en la cátedra de Derechos Reales. Ella estuvo presente, junto a Chocobar, en la clase del miércoles, cuando el docente se refirió a dos de sus denunciantes como “prostitutas”, hecho que derivó en un pedido de juicio académico por parte de estudiantes de la agrupación Reformistas.
Como mujer voy a seguir defendiendo y creyendo lo que digan las mujeres. Es importante creerles a las víctimas. Las mujeres estamos siendo vulneradas. Pero tiene que investigarse a todos los denunciados, no solamente a uno, a todos”, sentenció Vilca. Se refiere a otra denuncia por presunto acoso en la Facultad de Derecho, que tiene como acusado a un no docente (ver aparte).