Con el dólar al borde del piso de la banda de flotación, el Banco Central tomó una medida para desalentar el ingreso de capitales "golondrina" al país: subió los encajes para aquellas entidades que ingresen fondos del exterior y permanezcan menos de un año en activos financieros argentinos.
Así surge de la comunicación "A" 6595 del Banco Central, que entró en vigencia este viernes, mientras el dólar mayorista bajaba a $ 35,40 y se acomodaba a escasos 7 centavos de la banda inferior de flotación, el piso que habilita a la autoridad monetaria a comprar divisas para sumar reservas y desalentar una mayor apreciación cambiaria, detalla la agencia Télam.
La comunicación en cuestión impone encajes del 23% a los fondos que traigan dólares a menos de 30 días de plazo, del 17% a los que ingresen divisas y las retiren entre los 30 y 59 días siguientes; del 11% a quienes permanezcan entre 60 y 89 días, del 5% a quienes lo hagan entre 90 y 179 días; y del 2% a los que permanezcan menos de 365 días. Los capitales que se queden más de un año seguirán con encaje 0, como en la actualidad.
Inmovilizar efectivo
Los encajes son requisitos de inmovilizar efectivo. De cada 100 dólares que ingresen para invertir en activos financieros, como Lecap o Letes del Tesoro o Leliq del Banco Central, los fondos deberán dejar 23 por ciento sin invertir, si permanecen menos de un mes. Eso restringe el carry trade; la posibilidad de traer dólares de corto plazo, pasarlos a pesos, invertir en activos con altas tasas de interés en moneda nacional y luego irse del país.
"Esto pone una barrera a la entrada de fondos para desalentar el carry trade", dijo Matías Carugati, economista jefe de Management & Fit.
Con el desarme del cepo cambiario, a comienzos de 2016, el Banco Central, bajo la conducción de Federico Sturzenegger, también eliminó prácticamente toda restricción al ingreso de capitales. Así, fondos del exterior volvieron al país y se posicionaron en activos financieros en pesos, como Lebac.
El desarme de Lebac, allá por fines de abril de este año, fue el inicio de la corrida cambiaria que la autoridad monetaria recién pudo controlar en septiembre, con dos presidentes de por medio y un acuerdo con el FMI renegociado, que implicó una dura política monetaria y el esquema de bandas de flotación.
Al inmovilizar una parte del dinero de fondos de inversión, el Banco Central le pone algo de "ruido" a la apreciación cambiaria, según Carugati. "No sé si habrá un cambio notorio, pero por ahí se muestra la preocupación para evitar una fuerte apreciación" del peso, consideró el economista.
"Esto sale justo cuando el Banco Central debería empezar a intervenir" mediante la compra de moneda extranjera, añadió.
Distorsión
En el Banco Central, en tanto, indicaron que la medida significa "una homogeneización de los requisitos de liquidez que exigimos para distintas formas de fondeo internacional de los bancos", ya que "había una distorsión", y que "no busca desalentar" la llegada de fondos del extranjero.