Por Nicolás Iriarte
04 Noviembre 2018
NI POR ABAJO, NI POR ARRIBA. Abero, siempre correcto, se anticipa a la intención de González, de Godoy Cruz, de quedarse con el balón. foto de marcelo ruiz (especial para la gaceta)
Augusto Batalla, Nicolás Romat, Nahuel Zárate, David Valdez, Alejandro Melo, Gonzalo Freitas, Francisco Grahl, Hernán Hechalar, Ismael Blanco y Mauricio Affonso. Lo que parece un equipo (en realidad son 10) histórico del archivo, es en realidad el grueso de jugadores que estuvieron en la última derrota de Atlético por torneo local... Hasta ayer.
Tampoco forman parte de la prehistoria “decana” los recién mencionados, pero el hecho de que ya ninguno de ellos esté en el plantel y algunos nombres suenen mucho más lejanos de lo que realmente son, habla de las dimensiones de la racha que el equipo de Ricardo Zielinski vio llegar, injustamente, a su fin ayer al perder con Godoy Cruz (1-0) en el “Malvinas Argentinas”.
Esa decena de jugadores, junto a algunos de los que sí están hoy en el grupo, perdieron el 28 de abril de este año ante Huracán en Buenos Aires, 3-2. En ese momento, Atlético guardaba sus mejores piezas para el trascendental choque con Peñarol en el Monumental, por la Copa Libertadores. El mismo que, tras la victoria, lo dejaría al borde de la clasificación a octavos de final.
Ayer, ya sin otros torneos a la vista y con un segundo puesto más que expectante en la Superliga (aún debe el partido con San Lorenzo), Zielinski puso lo mejor e increíblemente no alcanzó.
Resulta increíble no por el rival, consolidado ya en Primera y haciendo siempre valer su condición de local (ganó 15 de los últimos 17 partidos en Mendoza). Nadie podía dar crédito de la derrota por lo que había hecho Atlético: jugó un regular primer tiempo, pero no peor que un “Tomba” que se adelantó gracias a un penal que cometió Rodrigo Aliendro y convirtió Santiago García.
El segundo tiempo fue un concierto de chances de gol surgidas de jugadas de laboratorio, tiros libres directos, pases en cortada, centros a la olla, entre otras. Todas negadas por el arquero, otras por la suerte (el tiro libre al ángulo izquierdo de David Barbona) y la propia impericia de los atacantes. Una de las últimas fue un potencial penal no cobrado a Guillermo Acosta que luego de eso, quedó atornillado al área rival, visiblemente acalambrado. Atlético aprovechó como contra el Independiente casi un tiempo con un hombre de más para dominar en el juego. No así en el resultado
Se terminó así en Cuyo la racha invicta más larga en la historia de Atlético en Primera, según la cuenta de Twitter @HistoriaTucumán.
Atrás dejó la de nueve partidos invicto en el Nacional 1978/79. En este caso, fueron 11, cinco triunfos y seis empates: 1-1 contra Olimpo, 0-0 ante Lanús (ambos resultados de la Superliga anterior), 2-2 con Racing, 1-1 versus Defensa y Justicia, 2-1 a Colón, 2-1 a Newell’s, 3-0 a Tigre, 3-1 a San Martín de San Juan, otro 0-0 ante Lanús, el 1-1 ante Estudiantes y el 4-2 a Independiente, el domingo pasado.
Para tomar aún más dimensión del momento de Atlético es que antes de estas dos últimas derrotas (Huracán y Godoy Cruz) tampoco se registraron muchas: tres empates y dos triunfos luego de la caída 1-3 ante Talleres, en marzo pasado. Es decir, el equipo de Zielinski lleva -con la de ayer- solo dos derrotas en los últimos 18 partidos.
Justo una racha semejante cuando el equipo lucha por no descender. Sin dudas, estos 18 partidos sirvieron para que Atlético se aleje lo más posible de esa zona y, casi sin quererlo, estar en el podio de la Superliga, peleando con Racing palmo a palmo.
Ni Zielinski ni ninguno de los jugadores espera que esta caída anticipe nuevamente un traslado a la zona roja. Para eso será cuestión de no repetir las fallas en la definición e intentar que el próximo invicto dure aún más.
De esa manera, Atlético seguirá en Primera y, quién sabe, pelee por algo más.
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