04 Noviembre 2018
Por Nicolás Zavadivker
PARA LA GACETA - TUCUMÁN
Al menos desde hace 30 años, Jorge Estrella viene pensando desde lo que él denomina “filosofía desde la ciencia”. Se muestra totalmente descontento con el curso contemporáneo que tomó la filosofía, dedicada a problemas menores o –en el caso de las universidades- a la conservadora tarea de repetir y reinterpretar a los pensadores clásicos, cerrando en ambos casos sus ojos a los descubrimientos y problemas propios del desarrollo de la ciencia actual. Recuerdo que alguna vez me comentó que, a diferencia de los estudiosos de Aristóteles, si el filósofo griego viviese se preocuparía menos de releer su obra que de estudiar la teoría cuántica y la física relativista. Por el contrario, la revolución del conocimiento actual está pasando por la ciencia, y ésta nos está llevando a modificar rápidamente nuestra imagen del hombre y del cosmos, dos temas centrales en la filosofía tradicional y que –según su visión- no parecen interesarles a los profesionales de la filosofía de hoy.
Así, por ejemplo, sus proyectos de investigación de sus últimos años en la Universidad Nacional de Tucumán se denominaron justamente “Filosofía desde la ciencia” y él los exponía así: “Casi no hay tema perteneciente a la filosofía tradicional que no esté siendo examinado hoy con el método científico: la relación alma-cuerpo, la causalidad, el desciframiento de un posible sentido para el universo, la naturaleza del hombre […] El objetivo central de la investigación propuesta es la formulación de problemas centrales de la filosofía a la luz de la ciencia actual”.
Por suerte pudo avanzar en muchas de estas originales investigaciones. Así, en Conocimiento y biología, en ocasión del tradicional problema alma-cuerpo, Estrella mostró convincentemente algunas semejanzas entre las funciones mentales y las orgánicas, que sugieren una continuidad evolutiva entre ambos fenómenos.
Como se percibe, este abordaje de los resultados de la ciencia contemporánea nada tiene que ver con su aceptación acrítica, sino más bien con repensar activamente ciertos interrogantes esenciales de la filosofía y participar de las grandes discusiones actuales sobre los asuntos que como humanos nos preocuparon desde siempre.
© LA GACETA
Nicolás Zavadivker - Doctor en Filosofía y profesor de Etica yLógica de la UNT.
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