En plena crisis de 2001 desembarca en la Argentina el modelo de Banco de Alimentos. La idea venía de los Estados Unidos, de la década del 60, como una forma de alianza solidaria y responsable entre las empresas de alimentos y los más necesitados. Desde que se fundó el primer banco de alimentos en Phoenix, Arizona, el éxito fue total. En Argentina ya hay 15 bancos de alimentos, tres están en vías de formación y el sistema está cada vez más aceitado. “La aprobación de la Ley Donal (el 10 de este mes) era la herramienta que faltaba en la Argentina para dar más garantías a las empresas para que se animen a donar”, reconoce la titular de la Red Argentina de Bancos de Alimentos, Natascha Hinsch, durante el Encuentro Nacional de Bancos de Alimentos, que se inició ayer en Tucumán.
- ¿Cuál es la función del banco de alimentos?
- Rescatamos alimentos que por diferentes razones perdieron su valor comercial pero que son aptos para el consumo. Los recibimos en donación de la industria alimentaria, productores agropecuarios y supermercados y los entregamos a quienes más los necesitan a través de organizaciones sociales (comedores, merenderos, hogares, etcétera), no a personas físicas.
- ¿Cuánto se desperdicia?
- En Argentina se desperdician anualmente 16 millones de toneladas de alimento cuando tenemos casi un 30% de pobreza. Esto es global: en el mundo el 30% de los alimentos se tira. El 45% de la producción frutihortícola del país se pierde antes de llegar al mercado. Ahora recibimos una oferta de 3,5 millones de kilos de papas de una empresa de Balcarce a la que no le convenía cosecharla. Se montó un operativo y se hizo un trabajo de coordinación entre los bancos de alimentos y los municipios de la provincia de Buenos Aires.
Gracias a las alianzas con las empresas hemos logrado entregar en 2017 9,5 millones de kg de alimentos a través de 2.400 organizaciones sociales y se beneficiaron 330.000 personas.
-¿Hay más necesidad hoy en los comedores comunitarios?
- Lo que nos dicen las organizaciones sociales es que están asistiendo a más niños y ahora también a sus mamás que preparan comida para llevar a la casa. En los bancos hay más organizaciones en lista de espera. Ocurre que tenemos un proceso para dar de alta las instituciones que consiste en verificar si cuentan con personería jurídica, si trabajan bien y si no se conformaron para dar una respuesta política. Eso es un indicador que nos muestra que hay mayor necesidad. Aunque también tiene que ver con que se conoce más el trabajo del Banco de Alimentos y aumenta la demanda.
- ¿Cuáles son los desafíos?
- Uno de ellos ya está cumplido: la sanción de la Ley Donal, que da más garantías a las empresas porque la responsabilidad sobre los productos donados llega hasta el momento de la entrega, luego la responsabilidad pasa al próximo en la cadena, que deberá asegurarse de que los alimentos que recibe estén en perfecto estado. Con esa ley hubo mucha confusión porque se dijo que era para poder entregar productos vencidos, de segunda y de mala calidad a los pobres, y no es así. Los alimentos que se entregan tienen la misma calidad que los que compramos en el supermercado. La diferencia es que tienen una fecha de vencimiento muy corta o que la envoltura de papel está dañada, por ejemplo.
Otro desafío es generar más herramientas para disminuir la mayor cantidad de desperdicios y lograr que más empresas donen. Que no sea opción tirar sino que las empresas tengan mecanismos internos para que se donen los alimentos que todavía se pueden consumir. También sería interesante lograr más incentivos fiscales para los donantes, que puedan descontar IVA y sumar montos mayores en el descuento del impuesto a las ganancias, entre otras medidas.
También debemos discutir un mecanismo que nos permita tener más claras las fechas de vencimiento de los productos. La fecha preferente de consumo no es la misma que la de caducidad. La primera te indica que el producto quizás no tenga el mismo color pero sigue siendo apto para el consumo, la segunda es el límite. En otros países tienen las dos fechas; aquí, una sola. Eso nos permitiría abrir una ventana para rescatar alimentos que están en buen estado.
> En Tucumán 20.300 niños comen con donaciones
“El empresariado tucumano es muy activo en el Banco de Alimentos, pero siempre las necesidades son mayores. Por eso invitamos a que más empresas nos apoyen, y en forma especial a la industria azucarera”, instó el presidente del Banco de Alimentos de Tucumán, Máximo José Navarro.
“El banco de Tucumán fue uno de los primeros del país. Se fundó en 2002 y hoy asiste a más de 20.300 chicos a través de 92 instituciones comunitarias”, explica el titular de la organización. Ayer 60 representantes de los 15 bancos de alimentos del país participaron de un encuentro nacional en la sede de Diego de Villarroel 56. “Desde nuestra institución acompañamos a las organizaciones beneficiarias con el asesoramiento de nuestros nutricionistas. Las monitoreamos y les ayudamos a que tengan todos los papeles en regla. A las empresas las mantenemos informadas sobre dónde se distribuyen sus donaciones. La transparencia es fundamental para nosotros”, dijo Navarro, al tiempo que ofrecía las publicaciones sobre todo el accionar de la fundación de Tucumán.
Las instituciones que desean donar o recibir alimentos, así como las personas que se ofrezcan como voluntarias de la fundación pueden dirigirse a la sede del banco, o llamar a los teléfonos 4280121 y 4281316. También pueden comunicarse vía Whatsapp al 381 4722857 o por mail a [email protected] o a la página www.redbda.org.ar.