“Amigo Roberto Palacios recibe este manojo de canciones a modo de intercambio artesanal con toda mi gratitud a tus atenciones en Tucumán. Un abrazo fraternal”.
Las pistas para saber quiénes son los protagonistas de ese corto pero íntimo mensaje están ahí, en esas mismas palabras: canciones, atenciones, Tucumán. Para los que no tienen idea de qué estamos hablando, la historia comienza así: Joan Manuel Serrat iba a cantar en nuestra provincia el 12 de octubre, pero suspendió el show por una inflamación en las cuerdas vocales. El médico tucumano que lo atendió la noche previa al espectáculo -que finalmente fue cancelado- fue Roberto Palacios Grau, un otorrinolaringólogo de 40 años. Y el jueves pasado, tucumano recibió una inesperada devolución de aquel encuentro.
“Mi secretaria recibió una caja del Correo Argentino. Adentro tenía la Antología Desordenada, que incluye cuatro CDs y un libro con imágenes. Allí estaba la dedicatoria con la letra y firma de Serrat. Primero me sorprendió que recuerde su paso por Tucumán. Y después me pareció tan importante ese detalle, porque se tomó el tiempo para eso, para agradecer”, comentó Palacios Grau a LA GACETA. A ello añadió: “Es un gesto que sólo tienen los grandes. Y no me refiero a profesiones o situación económica. Porque ese tipo de agradecimiento lo recibo de las personas humildes, pacientes del campo, por ejemplo. Atendí todo tipo de pacientes ‘importantes’. Ellos no tienen ese tipo de detalles. Sólo la gente humilde de corazón; eso me recuerda a Serrat”.
Encuentro
Sencillo, como cualquier persona. Así recuerda Palacios Grau al cantante español, que conoció la noche fría y lluviosa del 11 de octubre. “Cerca de las 23 me llamó un colega, Gaspar Herrera, para preguntarme si podía atender a Serrat, que no se sentía bien, que al otro día tenía el show en Tucumán. No lo dudé y fui al hotel Sheraton. Cuando llegué a su habitación vi a un hombre humilde, vestido sencillamente. Fue muy cordial y amable”, repasó.
Contó que sabía que el médico personal de Serrat venía medicándolo hasta el momento, pero que necesitaban que alguien lo revisara para ver en qué condiciones estaba y si iba a poder dar el recital. “Realmente no estaba en condiciones: tenía una difonía, una laringitis crónica propia de su trabajo más otros factores que la empeoraron, como el viaje largo y el aire acondicionado", precisó.