Baldosones flojos
Hoy me acordé mal del jefe de la oficina municipal de “malas relaciones”, que usando este espacio refutó mis críticas constructivas relacionadas con el desastroso estado de las veredas del microcentro de San Miguel de Tucumán. Imagínense: día de lluvia, mano derecha el paraguas, en la izquierda una carpeta con papeles, zapatos de cuero y con media suela y pónganlo a andar. Pisos resbaladizos y pasos en las veredas cubiertas de agua. Así empieza tu juego de la “rayuela”, el “gallo ciego” y la “mancha sentada”. Si sorteás todos estos escollos, pasás al siguiente, que ya no son baldosas; son baldosones flojos y engañeros, y contrariamente a lo que dice el tango que “al pisotear se te moja el pie”, acá el agua llega hasta la espalda en toda su extensión. En mi odisea, iba bien hasta que pisé el “adornito escreméntico” dejado en la vereda por un perro “gran danés”. Resultado: tobillo derecho, ojo y frente raspados por paraguas ajenos, papeles perdidos, empapado hasta allá. En conclusión: las veredas están peor que antes. ¡Háganse cargo!
Francisco Amable Díaz
Pedro G. Sal 1.180 - Barrio 20 de Junio
San Miguel de Tucumán
Inseguridad (I)
Tucumán soporta una horrible y creciente inseguridad, acentuada en estos últimos 15 años. Muchos se preguntan quién o quiénes fueron o son los responsables de garantizar la seguridad pública en nuestra provincia. La Constitución tucumana (art.101, incisos 19 y 20) tiene la respuesta. El último inciso de este artículo prescribe que es deber del Gobernador “desarrollar estrategias y políticas multidisciplinarias de prevención del delito y de la violencia, diseñando y facilitando los canales de participación comunitaria”. El inc.19, a su turno, establece que “el Gobernador tiene bajo su inspección todos los objetos de la policía de seguridad y vigilancia”. No busquemos más responsables directos de la violación del sagrado deber de garantizar la seguridad pública. La Constitución local nos ofrece el marco jurídico sustancial para determinar la irresponsabilidad, en esta tan delicada y vital cuestión, por no ejercitar las políticas públicas adecuadas para frenar la inseguridad y el narcomenudeo. Entre 2003 y 2015, el responsable directo de la inseguridad fue José Jorge Alperovich, como Gobernador en esos tres períodos consecutivos, en los que llegó a expresar, en conferencia de prensa, que “con tanto poder, debía autolimitarse”. Sin embargo, no ejercitó esos “superpoderes” para tutelar a la indefensa población tucumana del avasallante accionar de la delincuencia y de la drogadicción. Sólo lo desvelaba cómo doblegar la independencia de la Justicia. Desde el año 2015 y hasta hoy, el responsable es Juan Manzur, quien cometió un error imperdonable en materia de prioridades de gobierno. Se propuso construir el “Centro Cívico” y el “Estadio Único”, por miles de millones de pesos, mientras la policía carecía de elementos esenciales para desarrollar su labor, olvidando que su deber básico era, y sigue siendo, garantizar la seguridad a toda la población. Declarada la “Emergencia en Seguridad Pública” por la Ley 9.057 (noviembre de 2017), Manzur tenía y sigue teniendo en sus manos todas las atribuciones para enfrentar y resolver esta problemática. Dicha ley autoriza a sus ministros de Gobierno y de Desarrollo Social, a adquirir, sin licitación pública, todos los bienes, recursos tecnológicos y provisión de servicios que sean necesarios para atender las situaciones de emergencia en seguridad pública, y al Gobernador a transferir empleados de la planta permanente de la Administración Pública, a comisarías y dependencias policiales para tareas administrativas, desafectando a los policías de esta labor interna, para destinarlos a la vigilancia pública. Optó por impulsar estas dos gigantescas y faraónicas obras públicas, olvidándose de tutelar lo más esencial del ser humano: su vida y sus bienes. Imperdonable.
Luis Iriarte
Inseguridad (II)
Preocupa, entristece, crece el sentimiento de temor por el alto grado de inseguridad en la provincia y el desinterés del responsable de nuestra seguridad, que es el Gobernador de la provincia, que acompañado por legisladores y políticos están muy, pero muy ocupados en hacer campaña buscando la reelección. LA GACETA del miércoles 24 publicó la carta de Roberto Della Rocca, que nos relata haber sido víctima de un robo agravado con peligro de muerte y nos transmite su miedo, y el de sus vecinos, por promesas incumplidas del ministro de Seguridad. Nos informa LA GACETA sobre los miedos de los habitantes de Yerba Buena, y en especial por el crimen del joven Valentín Villegas, por la inseguridad y el desinterés de la autoridad. Robos en varias casas de un country, también de Yerba Buena. La fiscala en lo penal, Adriana Giannoni, nos hace desconfiar de la policía por el supuesto cobro millonario por servicios adicionales de vigilancia, que todos los ciudadanos nos vemos obligados a pagar por la desidia del gobierno. Títulos de otros hechos: un nuevo robo; a toda hora se producen ataques; moto recuperada. Un legislador pide eliminar los servicios adicionales y que la policía trabaje en tres turnos de ocho horas. Que el Gobernador va a ordenar un subsidio de $ 15 millones a la Sociedad Rural para construir un centro de convenciones, y etcétera, dinero que serviría para comprar no menos de 20 automóviles y motos para la policía. Unas 200 familias están aisladas en el sur por el desborde de ríos, y debieron abandonar sus viviendas y bienes sin autoridad que les brinde seguridad. Todas estas tristes y graves noticias recrean el panorama del periodista Roberto Delgado, de fecha 25/11/17, donde expone el grave y epidémico tema de la inseguridad en Tucumán. En una carta, dos días antes, yo opiné que Tucumán necesita no menos de 50.000 policías, cinco o seis cárceles nuevas, no menos de 40 comisarías nuevas, porque “la colcha corta” es la consecuencia de esta alarmante oleada de homicidios, robos y todos los delitos del Código Penal. Basta ya; que el Gobernador utilice el dinero para la Sociedad Rural en comprar equipamiento policial; que use los dineros del delirante sueño del Centro Cívico en construir comisarías y cárceles y para aumentar el número de uniformados.
Ángel Ricardo Salguero
Adiós a Vidal Cerrutti
Ha partido a su eterno descanso Vidal Cerrutti, una voz privilegiada para nuestro folclore, y gran padre de familia. En la década del ‘70, fundó el conjunto folclórico “Los Albileños”, junto a Paco Quinteros, Marcelo Lucena y Adolfo Ponce. Dicho grupo fue convocado por Docta Producciones, empresa que representaba a los más prestigiosos grupos de folclore en esa época dorada de nuestro arte nativo. Disuelto el grupo folclórico, siguió con su carrera como solista, participando en peñas y festivales de nuestra provincia y el Norte del país, llegando a ser Revelación del Festival de la Chacarera, en Santiago del Estero. Como aquella vez que en presencia de tu hijo Manuel, te dediqué estos versos: “Desde el barrio Villa Alem, un corazón tucumano, estirpe de buen cantor, de esos que dan una mano. Ese sueño de cantar, que viene desde muy lejos, con Ponce y Marcelo, armaron Los Albileños. En las zambitas de antaño, que nombran mi Tucumán, su canto se hace más dulce, si el que las canta es Vidal. El cántaro de su voz, que suena tan cristalino, el manantial de los versos, surcando el aire sus trinos, Vidal, Cerrutti, Vidal, cantale a mi Tucumán, a sus cerros y quebradas, surcos y el cañaveral. Vidal Cerrutti Vidal, es la voz de Tucumán”. Hasta siempre querido Vidal, en nombre de todos sus amigos, músicos y bailarines. Las peñas han perdido la mejor voz que se escuchó en las noches tucumanas.
Oscar B. Castillo
Catamarca 328
Yerba Buena