Frontini tira buena onda

Es curioso lo que puede pasarle esta noche a Lucas Frontini cuando Monteros Voley reciba, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Aclav a River, desde las 21, en el sur tucumano. “Yo soy frío”, se describió. “Pero me emocioné cuando amigos y ex compañeros me mandaban mensajes diciendo que estaban contentos por volver a verme jugar”, reconoció. Lo llamativo del comentario es que haya tomado conciencia de lo que sucedió en la derrota ante los “Millonarios” recién cuando terceros lo felicitaron por su regreso. Hasta el partido del jueves pasado, Frontini nunca había podido defender la camiseta del “Naranja” en la máxima categoría.

¿Por qué? La historia hay que resumirla en cinco años y tendrá como eje las lesiones. En 2013 apareció la del hombro izquierdo, cuando Monteros Voley empezaba el camino con el objetivo de jugar en la elite. “Con la edad que tenía me resultaba difícil pensar en poder jugar un torneo nacional. Más con los jugadores que ya había con condiciones muy buenas”, reconoció.

La dolencia derivó en una intervención quirúrgica en junio de 2017. En el medio, pese al pensamiento de Frontini, pudo al menos acompañar al plantel que logró el ascenso en los entrenamientos. Costó, obviamente. “El hombro se me salía de lugar y a veces terminaba llorando después de las prácticas”, recordó.

La operación fue un éxito, al igual que la rehabilitación, pero… “Justo en el primer entrenamiento me esguincé el tobillo derecho. Grado tres, el peor de todos”, volvió a mover los recuerdos Frontini. Pero no hay rencor por lo que pasó y lo marginó de la competencia, otra vez. Es probable que no haya resentimiento porque hace menos de una semana pudo cumplir ese sueño de ser jugador de primera división. No sabe bien qué se le pasará por la cabeza hoy, si juega ante su gente. Quizás esa frialdad con la cual se autodescribe, gane de nuevo y recién después del partido pueda pensar en lo que siente. Pero de algo está seguro. “Tengo fe en que podemos ganarle a River”, anticipó.