Los enemigos de José Alperovich se unen para borrarlo de la faz de la tierra que gobernó durante 12 años. Muchos de los cruzados que forman parte de esa campaña antes frecuentaban asiduamente las fortalezas de Saavedra Lamas -primero- y de San Lorenzo -después- en busca de la bendición del ex gobernador para alcanzar el cielo de un cargo público.
Son los mismos que brindaron con Catena y Angélica Zapata el jueves a la noche en la casa de Juan Manzur por la consagración del gobernador y del vice, Osvaldo Jaldo, como los nuevos y únicos conductores del oficialismo provincial. Con el acto del Día de la Lealtad se pusieron por encima del senador, le marcaron la cancha y encolumnaron a la dirigencia. Como para que no queden dudas, mandaron al ministro Regino Amado a que aclarara que el que no estaba cómodo con el anuncio de que la dupla gobernante iría por la reelección podía decirlo y dar un paso al costado en el gobierno.
Manzur lo logró y junto a Jaldo son los conductores. Los únicos. Ahora irán por la presidencia del PJ local y aguardarán a ver cómo se acomoda el peronismo a nivel nacional.
¿Les preocupa Alperovich?
Claro que sí. Si no, no se habrían tomado el trabajo de montar tremendo acto ni de agradecer tanto a la dirigencia (las muestras de afecto continuarán). Les costó mucho esfuerzo, tiempo y dinero sacarse la mochila alperovichista. Deberán lidiar un tiempo más con esa sombra, ahora consagrada como opositora. Porque eso conjuraron Manzur y Jaldo el miércoles, que ya no hay un tridente de conducción, sino que el senador está en otro bando si es que no está con el suyo. Igualmente, ambos fueron cautos y no cerraron la puerta a un posible acuerdo y allí mucho tiene que ver lo que puede suceder a nivel nacional.
Si finalmente el justicialismo cierra filas, aquí también podrían volver a aparecer los tres en la misma foto. Hoy suena descabellado, pero no imposible. A nivel nacional se especula con que desde Roma podría provenir un “mensaje divino” que termine unificando al menos a una parte del peronismo antiK con el K, con la mirada puesta en la necesidad de terminar con modelo de Mauricio Macri. Como el mandato sería “celestial”, al menos dos de las tres grandes facciones del justicialismo podrían declinar posturas, unificarse y caminar juntas en los comicios nacionales. Si eso sucede, la repercusión en Tucumán podría ser directa, porque involucraría al peronismo que hoy representan Manzur y Alperovich por separado. ¿Acataría el senador un pedido de esas características de la fotogénica Cristina Fernández ante un virtual acuerdo nacional? Hasta aquí, sería una de las pocas chances de que decline su candidatura a la Gobernación de la provincia como “opositor” .
Ante la posibilidad de que Alperovich persista con sus ansias de retorno al poder, sus más férreos detractores exigen pruebas de amor a funcionarios, legisladores, intendentes, concejales y delegados comunales de quienes dudan sobre su lealtad. Hasta echaron a andar la versión de que su compañera de fórmula sería Alicia Soraire, que lo negó pero aclaró que acompañará al ex mandatario en el proyecto que encare.
La embestida antialperovichista no será sólo dialéctica. Más pronto que tarde -o más bien apenas defina públicamente si será o no candidato- los vestigios de su docena de años en el Poder Ejecutivo serían eliminados. Ya habría listas con nombres de funcionarios hasta “de cuarta” que perderían su puesto por haber llegado allí de la mano del ex gobernador.
Manzur y Jaldo van en serio y quieren bajar a la mínima expresión el poder de daño que puede causarles un Alperovich candidato a gobernador, teniendo en cuenta que en 12 años tejió redes en cada rincón del Estado que todavía podrían serles útiles, pese a que gran parte del aparato hoy responde a la dupla gobernante.
¿A qué le temen, entonces? A las traiciones. A los dirigentes que hoy podrían simular estar del lado de aquí, pero que podrían estar del de allá. A los heridos que antes lideraban y hoy son lacayos. A la división que genere un “efecto Yerba Buena”, que termine beneficiando a la inofensiva oposición de Cambiemos.