En ocasiones, sólo se trata de una cuestión de confianza. De creer en sí mismo. De sentir que se puede, y de ir a buscar el objetivo con ese sentimiento. Y para encender esa confianza, nada como un triunfo de esos casi imposibles.
Antes del partido de anoche, San Martín semejaba en la Superliga esos boxeadores que, rodilla al piso, lo único que les cabe esperar es la trompada final, que los noquee. No había logrado ganar en su cancha, aun cuando enfrentó adversarios de menor fuste que Racing, que llegaba puntero, invicto y poderoso. Como si esa presión no resultara suficiente, el fantasma del promedio se encarga a diario de engordarla. El clima no era el mejor en La Ciudadela. Y llegaba Racing, con sus figuras.
Pero el “Santo” ganó. Con el habitual plus de los hinchas, que toda vez que el equipo parecía languidecer, inyectaba la adrenalina para revivirlo. Y ese triunfo, ese enorme triunfo, le da al San Martín más que tres puntos en el campeonato: le da confianza para salir a enfrentar las finales que debe jugar. Es decir, todos los partidos.
Pero no sólo los jugadores se habrán empapado de esa confianza. También los hinchas que, como ya se dijo, hicieron su parte. “Ojalá que este sea el despegue. Todavía falta mucho. Los muchachos deben salir a jugar todos los partidos como salieron en este. Es lindo que hayan puesto huevos”, dijo Rómulo Sierra. Luego destacó su cuota de responsabilidad. “Nosotros, desde la tribuna, y los jugadores debemos dar todo. La gente siempre está a full; y ellos responden cuando les pedimos; se contagian de nosotros”, añadió.
Roberto Arias también está convencido de que el triunfo ante Racing redundará en una mayor confianza en el equipo. “Seguramente, con este envión los jugadores se terminarán de poner las pilas y podremos salir adelante. Hay equipo, pero los jugadores tienen que poner de su parte, como la actitud que pudieron esta vez”, dijo el plateísta.
“Falta mucho; pero lo bueno es que se vio un resultado”, consideró Alejandro Cano. A su criterio, el aliento de la hinchada “ciruja” fue fundamental para el triunfo. “La gente influyó mucho, siempre levanta el equipo. Pero esto es una constante; hay que jugar bien todos los partidos, estar ordenado y no descuidarse”, recetó.
Pablo Maciel salía de La Ciudadela conversando con sus amigos cuando accedió a la consulta de LG Deportiva. También él ponderó la victoria desde el punto de vista psicológico. “Esto puede llegar a significar un despegue anímico, sobre todo. No es poco ganarle al puntero con un jugador menos. Este triunfo puede ser clave, para que los jugadores se den cuenta de que le pueden ganar a cualquiera. Sólo se precisa un poco más de actitud”, evaluó. En su opinión, incluso ayer, por momentos, el equipo decayó. “Por momentos se nota un bajón; como que se caen. Y ahí es donde debe jugar la gente”, arengó.
Todos los entrevistados coincidieron en destacar el aporte de Franco Costa, que más allá de asistir a Claudio Bieler en el primer gol le cambió la cara a todo el equipo “santo”. “Yo me pregunto qué pasa con él en las prácticas que no lo vieron ni (Rubén) Forestello, ni (Gastón) Coyette. Pero cada vez que entra hace una diferencia tremenda”, sintetizó Maciel.