Para nada se percibe a sí mismo como el que dividió las aguas en el acto de ayer. Luis Barrionuevo, el dirigente gastronómico que fugazmente condujo el Partido Justicialista Nacional (PJ) este año, se despliega en el sillón de tres cuerpos del hotel Sheraton como si estuviese en su casa. O al borde de una piscina en un resort del Caribe. Duda un momento sobre si atender la consulta periodística, pero accede con el argumento de que él no puede ni sabe resistirse a los ojos de la periodista que lo invita a dialogar. Así es Barrionuevo: un barón peronista de ley, desde luego incorregible. Hábil declarante, regala títulos sin más trámite. Dice que los dirigentes que no vinieron a la fiesta de la lealtad tucumana es porque tienen cola de paja y califica al senador José Alperovich de radical disfrazado de peronista. Da por hecho, además, que el gobernador Juan Manzur presidirá el partido provincial, lugar que hoy todavía ocupa la esposa de Alperovich, Beatriz Rojkés.
-Dicen que porque usted vino a esta versión del 17 de Octubre, no vinieron José Luis Gioja ni los kirchneristas...
-Aquí hay un gobernador que ha invitado a todos, sin exclusiones. Los que se autoexcluyen sabrán por qué lo hacen: deben tener cola de paja y aferrarse al pasado. Aquí tenemos que mirar para adelante. Hay algunos a los que yo no los quiero... Pero eso no tiene nada que ver. Me es indiferente lo que piensen: nunca pedí nada. Jamás. Algunos ponen argumentos para rajarse del compromiso. Pero aquí están el movimiento obrero, y los secretarios generales de casi toda la CGT y de las 62 Organizaciones. No me siento para nada culpable de que no venga uno u otro.
-¿Usted haría paro por las causas penales personales de Pablo Moyano?
-Bajo ningún punto de vista. Yo creo que todos estamos sujetos a la ley. A ver, he ido a la Justicia cuando era senador y me pintaron los dedos. Lo mismo tendría que hacer hoy la ex presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) que es senadora. Esa señora, que se niega a sacarse los fueros, antes decía que esos privilegios no tenían que existir. No hay por qué hacer ningún paro. Ahora, en este caso concreto de Moyano hubo una arbitrariedad total del fiscal (Sebastián Scalera). Primero debió haberlo llamado a declarar (por la supuesta asociación ilícita del Club Independiente) y después ver si solicitaba otras medidas. Todo esto fue algo gravísimo y lo que escuché del juez (Luis Carzoglio, que rechazó la detención) empeoró las cosas: acusó a la Procuración de la provincia de Buenos Aires de presionarlo para meter preso a Moyano.
-En 1996 se hizo célebre por proponer que los políticos “dejen de robar por dos años”. ¿Todavía cree en ese postulado?
-Después me volvieron a preguntar y dije que con el Gobierno kirchnerista bastaba con 30 segundos. El tiempo me dio la razón. Se robaron el país.
-¿Qué sacó en claro de su paso como interventor nacional del justicialismo?
-Yo no tomé ninguna medida: esperé el fallo de la Cámara Nacional Electoral (que devolvió el cargo al diputado cristinista Gioja). Había distritos para intervenir, pero sólo recabamos pruebas contundentes. La Cámara hizo lo que le dijo (el presidente Mauricio) Macri, que quería que el partido regresara a Cristina. Ahí el Gobierno metió la mano en la Justicia.
-¿El PJ tucumano debería ser intervenido?
-No. Yo hablé en su momento con Manzur y él me dijo que ellos iban a resolver el tema del partido, y bueno, efectivamente, creo que así lo hicieron. Anoche (por el martes) escuché al gobernador diciendo que él asumió la presidencia...
-No aún oficialmente. El cargo es de Rojkés y de Alperovich.
-Son “radicales de la historia”.
-Pero con el PJ gobernaron Tucumán durante 12 años, con Manzur como ministro y vice...
-Usaron el sello del peronismo, como hicieron muchos. Se pusieron el ropaje para llegar al poder. En Tucumán pasó eso. Recuerdo clarito cuando (el ex gobernador) Julio Miranda me presentó a Alperovich, que era su ministro. De ahí empezó a escalar posiciones. Hoy nosotros estamos trabajando con Manzur: creo que la posición de los Alperovich es muy kirchnerista.
-¿Y a Manzur le perdona su pasado con los Kirchner?
-Todos pasaron por ahí, menos Luis Barrionuevo. Fui el único dirigente que nunca tomé un café con ellos. Cuando (el ex presidente Eduardo) Duhalde me consultó sobre (Néstor) Kirchner, yo le dije que se estaba equivocando. “Este te va a joder y nos va a joder a todos”, le dije. Y así fue.
-¿Cuál es su presidenciable para el año que viene?
-Mi candidato se mató. Era “El Gallego” (José Manuel) De la Sota por su experiencia y por el peronismo. Y bueno, hoy habrá que ir a internas y acompañar a aquel que las gane.
-¿No le convence ninguno de los de la mesa de los cuatro: Juan Manuel Urtubey, Sergio Massa, Juan Schiaretti y Miguel Pichetto?
-Escríbalo y póngalo en la pizarra de LA GACETA. Ningún gobernador va a ser candidato: todos van por la reelección. El único que se va es Urtubey, que quiere ser presidente, pero todavía todo resulta muy prematuro. No debemos especular con eso.
-Su pareja, la diputada Graciela Camaño, está aquí por el espacio de Massa, el Frente Renovador. Pero usted no apoya a ese dirigente...
-No, yo quiero que vaya a una elección interna. Si gana, contará con el apoyo de todos los peronistas. Sin ninguna duda, con Graciela para mí es suficiente.
-Ayer Elisa “Lilita” Carrió dijo que Massa era una “ameba amorfa”...
-Lo dijo la “república”. Así le digo yo y ella se lo cree. A Macri le advertí hace un par de años que la Carrió era una granada sin espoleta y ya le explotó.