Los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 que se llevan a cabo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires finalizarán mañana con una ceremonia de cierre exclusiva para los atletas.
Esta edición de la competencia, que se realiza cada cuatro años, es la tercera en su historia (la primera fue en 2010) y se aprobó en 2013, cuando dos años después de su anuncio el Comité Olímpico Internacional eligió a Buenos Aires entre otras postulaciones (Medellín y Glasgow).
Hoy, a horas del cierre de los Juegos, el sitio Chequeado.com, realizó un completo informo sobre cuánto le costó al Gobierno porteño realizar este evento y cuánto le quedará a la ciudad una vez que todo concluya.
El informe explica que en un primer documento, el Gobierno había estimado una inversión necesaria de US$ 231 millones: US$ 104,7 destinados a la organización y US$ 126,4 para obras de infraestructura permanente.
Claro que esos números contemplaban una inflación anual del 5,7% entre 2012 y 2018, algo que quedó muy alejado de la realidad. Sobre todo porque en aquél momento se hablaba de un dólar a 4,5 pesos.
Fue así que a lo largo de los últimos cinco años, los gastos se fueron incrementando y, tomando el tipo de cambio oficial promedio de cada uno de los años, la inversión para los Juegos Olímpicos fue de US$ 333 millones, es decir: un 44% mayor a lo estimado inicialmente.
En detalle también se explica que, de los montos destinados a infraestructura, la mayor parte fueron para acondicionar la Villa Olímpica donde se alojan los atletas, y que cuenta con 1.200 viviendas.
Lo que le queda a la Ciudad de Buenos Aires
El Gobierno porteño licitó la construcción de 31 edificios en la zona sur de la Ciudad con un total de 1.200 viviendas, ubicadas en un complejo en el barrio de Villa Soldati, que en estos días alojó a cerca de 7.000 personas (entre atletas y entrenadores).
Lo que más llamó la atención es que, en su propuesta de 2011, el Gobierno había asegurado que la Villa Olímpica “se convertiría en viviendas sociales de alta calidad para personas de bajos ingresos en un área donde este tipo de alojamiento es escaso”. Sin embargo, en estos días la Ciudad inició los trámites para vender esas propiedades. “Esto no es vivienda social”, sostuvo el director de la Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), Juan Maquieyra, según Chequeado.com.
El mismo sitio confirmó también que, las casi 1.200 viviendas ya fueron adjudicadas y serían entregadas en 2019 a sus nuevos dueños.