Por Luis Duarte
07 Octubre 2018
PROCESO. El Tribunal Oral Federal (TOF) confirmó la sentencia el jueves, en el marco de un juicio oral. la gaceta / foto de Antonio Ferroni (archivo)
La causa que se había iniciado con una denuncia realizada por el padre de un alumno de la escuela secundaria Domingo Savio, en 2016, finalizó esta semana con la condena a prisión de dos jóvenes por venta de droga.
Gerardo Daniel Sansone y Walter Edmundo Bazán recibieron la pena de cuatro y dos años de cárcel, respectivamente, al ser considerados responsables del delito de comercio de estupefacientes. En el segundo caso, la Justicia determinó el grado de tentativa de venta, por lo que el tiempo de la pena fue menor.
El Tribunal Oral Federal (TOF), integrado por Alicia Noli (presidenta), Gabriel Casas y Carlos Jiménez Montilla, confirmó el fallo el jueves pasado. La resolución fue definida por mayoría, ya que el juez Casas había planteado su disidencia respecto de la situación de Sansone. Había votado por el tipo de tenencia simple de estupefacientes, con pena de tres años de prisión de ejecución condicional.
En su alegato, el Ministerio Público Fiscal (MPF) solicitó que ambos sean condenados a cinco años de cárcel. “Se denunció la venta de estupefacientes en la puerta de la escuela y se ordenó vigilancia. A partir de ahí, se detectó un intento de comercialización y se procedió luego con un allanamiento en el domicilio del proveedor”, sintetizó el MPF tras el proceso oral.
El origen
En septiembre de 2016, una mujer denunció que consumían y vendían droga en la puerta del colegio secundario al que asistía su hijo, en calle Don Bosco al 1.800, en Villa Luján. Personal de la Dirección Drogas Peligrosas (Digedrop) inició luego un seguimiento y observó un día a un taxi Fiat Uno estacionado sobre es misma cuadra, con dos ocupantes. De un pasillo, salió instantes después un hombre con el cabello mojado y campera del club San Martín, y saludó a la persona ubicada en el asiento del acompañante.
Otra persona, que vestía de camisa de color blanco, se sumó al grupo. El desconocido de campera de San Martín se acercó a él y extrajo del bolsillo un monedero de color marrón. De allí sacó un envoltorio pequeño (bochita) y lo mostró.
En ese momento, intervinieron los agentes de la Digedrop y el individuo de campera lanzó varios envoltorios. Allí se detuvo a Bazán, entonces de 18 años.
La Justicia Federal ordenó que se allanara en la misma jornada el domicilio ubicado al final del pasillo, lindero con el colegio. En esa vivienda, los policías atraparon a Sansone, de 27 años en aquel tiempo, quien ya contaba con antecedentes por vender drogas. Durante el operativo, los policías encontraron 100 gramos de cocaína, más de $ 30.000, tres teléfonos celulares y una balanza de precisión de bolsillo con restos de cocaína, además de un cuchillo impregnado con droga, un revólver calibre 22 y ocho proyectiles. Adentro también había una motocicleta que tenía pedido de secuestro por robo.
“Lo que pasaba al lado de la escuela era totalmente ajeno a nosotros”, había afirmado entonces María Eugenia Navarro, directora del establecimiento educativo. “Esto atenta contra el trabajo que venimos realizando los docentes, conozco a cada uno de nuestros alumnos y ninguno de ellos tiene este tipo de problemas”, había dicho.
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