Un aprendizaje olímpico

Cuando hace ocho años nacían los Juegos Olímpicos de la Juventud que tendrán su tercera edición desde el sábado en Buenos Aires, fue casi por una necesidad. “En los Juegos Olímpicos de mayores ya estás solo, por decirlo de alguna forma. Ya estás en la elite de tu deporte. Por eso tiene tanto valor la competición para atletas de hasta 18 años”, destacó Fernanda Russo. La tiradora ganó una medalla de bronce en Nanjing 2014, la cita olímpica pasada, y en esta edición será una de los 81 “Jóvenes Embajadores” designados por el Comité Olímpico Internacional (COI).

Su reflexión resonó en la Villa Olímpica. Allí la delegación argentina, con los tucumanos Juan Salsench y Tomás Vanni, karateca y rugbista, respectivamente, tomó más conciencia de que los Juegos Olímpicos que protagonizarán serán una escuela. Y un privilegio también que los mejores atletas de la historia que se escribió hasta aquí no tuvieron.

La intención del COI de reunir a los mejores deportistas del mundo en la franja de 14 a 18 años tuvo ese efecto en Russo. Explicado en criollo: no sentir que se la iban a “comer cruda” en sus primeros Juegos Olímpicos de mayores. “Nanjing me formó para todo lo que vino después. La importancia es muy grande, el trabajo en equipo, la perseverancia. A los chicos se les trata de impregnar con esa filosofía”, destacó Russo, que un año después de ser olímpica ganó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. Claro ejemplo de que los Juegos juveniles funcionan para forjar atletas con temple porque la tiradora, con 15 años, se convirtió en la medallista argentina más joven en la historia. Además, ese logro le permitió conseguir la plaza olímpica para Río 2016 y ubicarse allí en un meritorio 20° puesto.

En las horas previas

La Villa Olímpica ya tiene lo más importante: los atletas. La delegación argentina es la más numerosa con 141 atletas. Su ingreso, acompañado por el presidente de la Nación Mauricio Macri, empezó a inundar las redes sociales con las fotos en la zona internacional de la Villa. En el sector se unen todos para jugar en un metegol en el que pueden hacerlo 24 personas, o improvisan un minifútbol, juegan ping-pong en un mesa pequeña o también se animan al fútbol-tenis. Todo con suma precaución física, puesto que los Juegos, los de verdad, están a punto de comenzar.