Por Francisco Fernández
02 Octubre 2018
RECLAMO. La familia del muchacho que fue asesinado pide que la Justicia investigue a fondo a los sospechosos. FRANCO VERA
Ángel Oscar Basualdo tenía 21 años y se ganaba la vida haciendo changas. Vivía junto a sus padres y sus hermanos en el pasaje 2 de Abril del barrio Crucero Belgrano, en la zona sur de la capital. El domingo a la madrugada falleció después de 50 días de agonía en el hospital Padilla. El viernes 10 de agosto recibió un disparo a la altura del estómago que lo dejó al borde de la muerte.
Las circunstancias del hecho no fueron esclarecidas. La familia del muchacho asesinado sospecha de su ex patrón y de su entorno. Aseguran que encubrieron el crimen. Todavía no hay detenidos.
Ayer, los restos del joven fueron velados en el domicilio familiar. Decenas de vecinos y allegados se acercaron para despedir sus restos. En la vereda, sentada en una silla y resguardaba de la lluvia por un toldo improvisado, Patricia Susana Ganiz lloraba la muerte de su hijo.
Sin consuelo
La mujer no tenía consuelo. Sostenía una fotografía de su hijo con una mano y acariciaba la imagen con la otra. Lloraba para desahogarse. Sus hijos la abrazaban para darle fuerzas.
“A mi hijo no lo asaltaron, lo mató un tipo con el que trabajaba. Ángel era ayudante de albañil. Esta persona lo llevó a la casa de su madre en el barrio El Salvador y ahí lo mataron”, aseguró.
“Todo fue de la nada. Mi hijo se fue a trabajar. Me dijo: ‘Ya vengo, me voy a hacer una changuita para juntar plata’. A los 25 minutos nos llamaron para decirnos que estaba internado”, agregó.
Sospechas
Ganiz relató que cree que su hijo fue asesinado en una casa de avenida Democracia al 100. Acusan a un tal Carlos Frías como la persona que lo mató y que luego encubrió el crimen.
La mujer comentó que su hijo, tras ser baleado, fue llevado hasta el Hospital Padilla en un vehículo particular. En el destacamento policial del nosocomio, una mujer dijo que lo encontró tirado en la calle. El joven ingresó consciente, aunque no pudo volver a hablar.
La familia de Basualdo no cree en esa versión. “Esa mujer también estaba en la casa donde balearon a mi hermano. No es cierto lo que dijo esa persona. Buscaron entorpecer la investigación y dijeron cosas diferentes”, contó Pablo Basualdo.
“También dijeron que pasaron dos en moto y que le dispararon a mi hermano. No les creemos nada y pedimos que sea investigada su participación en el crimen”, reclamó.
Miedo
“Los vecinos no quieren hablar. Ellos seguramente saben cómo mataron a mi hijo. Lo que sucede es que tienen mucho temor porque se trata de gente peligrosa que los amenaza”, dijo Ganiz.
“Me llamó la atención que a esta mujer no la detuvieran cuando llegó con mi hermano al hospital. Mintieron en todo momento. No le tomaron ni los datos. Dijo que lo encontró tirado en la calle y que lo levantó. Después se fue. Creo que la Policía no intervino bien”, indicó Pablo.
“Para mí, estas personas lo mataron y después lo abandonaron en el hospital como a un perro. Lo único que queremos es que se investigue qué sucedió en esa casa. Que se aclare todo y lo detengan. Esa mujer no llegó sola al hospital ni pudo haber cargado a mi hermano sin ayuda. Sería muy importante que se analicen también las cámaras de seguridad del Padilla. Nosotros vimos cuando llegamos que eran cuatro personas las que estaban ahí”, agregó.
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