Por Luis Duarte, Gustavo Rodríguez y Francisco Fernández 28 Septiembre 2018
LA FOTO DE LA POLÉMICA. Por esta imagen, policías de San José se presentaron hoy en el local de Monetti. la gaceta / FOTO DE antonio ferroni
El caso de Rodolfo Monetti abrió el debate entre los penalistas sobre el uso, tenencia y portación de armas de fuego. Los abogados consideraron que el caso transita “una delgada línea”. El propietario de una distribuidora de avenida Camino del Perú al 1.800, en Yerba Buena, contó en una nota a LA GACETA que decidió armarse después de sufrir un violento robo en su negocio, y como consecuencia de la ola de inseguridad que se vive.
Los letrados del fuero penal que fueron consultados coincidieron en que el hombre no incurrió en ningún delito, en caso de contar con la documentación para llevar las armas. Pero advirtieron sobre la posibilidad de que otros comerciantes también decidan armarse, pero sin estar autorizados para hacerlo y adquiriendo las armas en el mercado negro. La historia de Monetti causó mucho revuelo en la provincia y tuvo repercusiones en diferentes medios a nivel nacional.
“Si el comerciante contaba con los permisos de tenencia y portación no cometió ningún delito, porque está permitido. El tema transita una línea muy fina. Creo que se puede producir un efecto dominó y que otros comerciantes que tienen problemas de inseguridad se armen. Posiblemente en esos casos tengan armas en situación irregular. Eso puede producir un conflicto que nos convierta en el ‘Lejano Oeste’. Se puede dar un ‘efecto espejo’ ”, opinó Sebastián Serrano.
Gerardo Banegas hizo una diferenciación entre portar un arma y exhibirla. “Creo que aquí el problema es que haya mostrado las armas, pero eso no es un delito. Ocurre que es el Estado el que debería estar más presente con las fuerzas de seguridad. El peligro es que la sociedad deje de creen en la Justicia”, consideró.
“La ostentación no está prevista jurídicamente. La gente se ve en la necesidad de armarse por cuenta propia por la violencia que hay en la sociedad tucumana y por la falta de respuestas por parte del Estado. Hay un alto grado de delincuencia que la Policía no puede contener”, explicó el penalista Rodrigo Bilbao.
Su colega, Andrés Villafañe, remarcó: “El comerciante no cometió ningún delito. Lo que sucedió es que el caso tomó notoriedad en los medios y causó alarma. La situación demuestra el peligro que están sufriendo todos los comerciantes de Tucumán”.
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