Grietas, goteras y barandas deformadas: así está un puente en Trancas
Para caminar o circular por el puente sobre el río Acequiones, ubicado en la ruta provincial 309 entre las localidades Zárate y Las Arcas (Trancas) hay que contener la respiración. La estructura de 95 metros de largo por 10 de ancho está levemente inclinada hacia un costado, y al transitarla se perciben desniveles inusuales. Las barandas peatonales están deformadas, les faltan algunos barrotes, y hay charcos de agua acumulada sobre ambos costados de la cinta asfáltica. Pero el temor no termina ahí: el agua penetra por el hormigón y gotea sobre la parte de abajo del puente y cae al río. Además las principales vigas de la estructura están agrietadas y fisuradas, los apoyos de algunas columnas están corridos y los muros del ala están despegándose del cuerpo principal del estribo, entre otros signos de deterioro.
Sobre el paso que da hacia el lado sur hay un montículo de piedras que pretende reducir la circulación, pero está corrido hacia un costado de la calzada. A pesar de esto, según dijeron vecinos de la zona a LA GACETA, las piedras son removidas y por el puente se movilizan diariamente motos, autos, camionetas y hasta camiones que trasladan granos. Por eso auguran lo peor: que la estructura pueda llegar a desplomarse.
“Está en malísimo estado. Cada vez es peor, se va hundiendo más. Si se llega a caer, quedamos aislados de todo”, lamentó Juan Gamboa, que trabaja en una finca cercana a la zona.
“Si uno pasa o está parado ahí cuando pasan los autos o camiones cargados con granos o leche, el puente tambalea”, contó resignada Claudia, que también vive a kilómetros del cruce.
El nivel de deterioro del paso afecta, principalmente, la movilidad de quienes necesitan viajar a San Pedro de Colalao o a la capital de Trancas, y a los alumnos de la Escuela Ricardo Azcárate López, ubicada a 2 kilómetros hacia el norte del puente.
Es que los colectivos no pueden circular por el puente, entonces tienen que hacerlo por un badén que atraviesa el río Acequiones.
la gaceta / fotos de matías quintana
Cuando llueve, no se puede pasar por ahí. De hecho, Gamboa -al igual que otros vecinos- se quejó de que los ómnibus ya ni siquiera quieren circular por el badén.
Falta de mantenimiento
El paso sobre el río Acequiones fue construido hace alrededor de 40 años. En 2003 fue analizado junto con otros siete cruces provinciales por expertos, como parte de un convenio de Vialidad Provincial y la UNT.
En esa oportunidad, el estudio advertía “degradación estructural” y recomendaba reforzar la estructura. “El deterioro se ha acrecentado. Hay una conjunción de defectos constructivos y la aparición de otros nuevos por no atender a esos defectos, y además por un deficiente mantenimiento”, advirtió Eduardo Martel, vicedecano de la Factultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT, quien recorrió el puente junto a LA GACETA.
El experto en estabilidad y resistencia de materiales consideró un peligro que haya vehículos que circulen por allí, por lo que desaconsejó el tránsito: “la seguridad del puente está afectada”. Además, Martel se sorprendió por la falta de señalización: sólo hay dos carteles en los ingresos que advierten un desvío hacia el badén, pero nada se dice sobre el estado del cruce.
Palabra oficial
En diálogo con LA GACETA, el titular de Vialidad Provincial, Ricardo Abad, dijo que el tránsito no está habilitado, pero reconoció que hay vehículos que circulan por el puente, aunque sea riesgoso.
“Es un problemón. Generalmente hacemos la señalización y ponemos montículos de ripio en las entradas. Por supuesto es una lucha diaria, porque lo sacan y pasan lo mismo. Es un tema muy complejo. No nos quito la responsabilidad a nosotros, pero no hay forma de que el usuario entienda que es peligroso”, afirmó.
Por último, dijo que debido al deterioro, al puente hay que construirlo de nuevo. “Siempre estamos en busca de financiación, pero con este nuevo Gobierno no hemos tenido la chance de obtener financiación para ninguno”, concluyó.
