La larga querella entre Próspero Marcelo Sosa y la UNT tiene dos partes. La primera, entre 1998, cuando fue denunciado por usurpación por la Universidad, y 2008, cuando el juez federal Daniel Bejas falló a su favor, sobreseyéndolo de la acusación, por extinción de la acción penal por prescripción. Habían pasado 10 años sin que se resolviera la acusación. La segunda parte comienza en 2009, cuando Sosa, según afirma, comenzó con su proyecto de barrio privado, hasta estos días.
En cuanto al fallo de 2008, Sosa dice que queda claro que el terreno es de su propiedad y que no pueden volver a acusarlo dos veces por el mismo supuesto delito. La Universidad, en cambio, dice que el hecho de que caiga la acusación por usurpación no significa que se reconozca que tiene título del terreno, que la UNT dice tener desde 1948. En el fallo se da cuenta de que Sosa expresó que la UNT no había demostrado que los padrones que él reclama como de su propiedad estén dentro del predio universitario, y que si la UNT adjuntara un plano catastral, sería posterior al que él tiene, que es de 1997. Él fundamenta su posesión en que su familia vivió siempre allí y aporta constancia de matrimonio de sus padres de 1953, entre otros elementos, y menciona que en la justicia civil provincial tiene iniciados (en 2008) dos juicios por prescripción adquisitiva, de 1998 y de 2003.