Por Marcelo Androetto
17 Septiembre 2018
BUENOS AIRES.- Guardó silencio un segundo. Tragó saliva y su rostro apenas disimuló la molestia que le causaba la consulta. Así reaccionó Darío Forestello a la pregunta de una colega acerca de si evaluaba dar un paso al costado en su función de entrenador de San Martín en caso de que a la brevedad no se le den los resultados.
“Divina... vamos a hablar seriamente. Dar un paso al costado o no darlo significa un montón de sensaciones y de situaciones. Cuando las cosas están bien, todos nos queremos subir a la rueda. Cuando están mal soy lo suficientemente inteligente para charlarlo con Roberto (el presidente Sagra), que es el comandante de todo esto, y con los mismos jugadores”, inició Forestello su largo monólogo sobre el tema, a la salida del vestuario visitante en el “José Amalfitani”.
“Yagui” dejó abierta la puerta de su salida en caso de que la situación lo amerite.
“Si en algún momento se necesita esa situación o yo me veo sin la fuerza necesaria y los jugadores ven que yo estoy sin fuerza, seguramente vamos a hacer lo mejor para San Martín”, agregó.
A modo de descargo, continuó: “San Martín estuvo 11 años (nota de la redacción: fueron nueve años) fuera de esta categoría. Y este cuerpo técnico y estos jugadores lo han subido a Primera. Sigo con las mismas herramientas de trabajo, con la misma confianza, porque siempre soy igual. Y estamos preparados para lo que viene, con total responsabilidad. Sabemos que es difícil y si en algún momento San Martín lo necesita, por qué no ser lo suficientemente inteligente (para dar un paso al costado)”.
Luego de sumar dos puntos en cuatro partidos y la consiguiente permanencia en el sótano de la tabla de promedios, el “Santo” precisa imperiosamente cosechar de a tres puntos en las dos próximas fechas, frente a Argentinos y Banfield, en ambos casos en La Ciudadela. “Y si la semana que viene o la otra, si me pasa lo peor, seguramente se pensará como corresponde. Pero yo no me tomo tiempo, porque, con respecto a lo laboral, está muy conforme la comisión directiva, y yo estoy muy feliz en la institución. Claro que los malos momentos o los pasamos todos o en algún momento la agujita va hacia los cuerpos técnicos”.
“Para mí esta no es una situación de depresión ni de incomodidad, son las reglas de juego; siempre voy a ser el culpable yo en este caso, ya tengo 47 (años) y lo entiendo de punta a punta, así que sigo con la misma seguridad y la misma transparencia de siempre”, aseguró.
También se refirió al porqué de la derrota 1-0 ante Vélez, más contundente en el desarrollo del juego que en el marcador. “Nos han superado en el primer tiempo. En el segundo hemos cambiado algunas características para poder controlar el sector derecho de nuestra defensa, en el cual nos desbordaban continuamente. Emparejamos el partido, pero evidentemente no hemos tenido la claridad necesaria para causarle daño a nuestro rival. ¿Si fue justa la victoria de Vélez? Sí señor, en el primer tiempo nos superaron”. Claro y preciso.
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