El caso tuvo una gran repercusión porque Julio César Trayán, uno de los detenidos, era puntero político en Villa Muñecas y trabajaba en la Legislatura bajo las órdenes del oficialista Santiago Cano. También tuvo un paso por el Concejo Deliberante y fue funcionario del Partido Justicialista.
Por ese motivo, desde que la organización fue desbaratada a mediados de 2016, fue denominada como “La banda de Trayán”.
Para el fiscal federal Pablo Camuña, el referente político habría tenido un rol secundario en la banda y habría actuado bajo las órdenes de Ricardo Gustavo García, quien sería el líder de la banda. Así lo expuso el funcionario judicial al abrir la etapa de alegatos. “Aquí la política no estaba metida”, dijo.
El juicio, que comenzó el jueves 9 de agosto pasado, ingresó ayer en su recta final. El Ministerio Público solicitó condenas de entre siete y 12 años para seis de los siete imputados. El restante, Carlos José Casuso, quedaría desvinculado a partir del pedido de absolución por el principio de la duda, formulado por Camuña (ver “Fueron dos...”).
El funcionario judicial definió a los imputados como “una organización intermedia que, aunque no llega a tener las características de una banda internacional, superaba a los grupos de narcomenudeo”. Camuña señaló a García como el organizador de las actividades ilícitas de transporte y comercialización de estupefacientes y de tenencia de materia prima para la producción o elaboración de estupefacientes.
Para el resto de los imputados -habrían cumplido funciones secundarias en el esquema-, pidió que fueran imputados por el delito de comercialización de estupefacientes con la intervención de tres o más personas.
El único de los defensores que tuvo tiempo de alegar fue Adolfo Bertini, que representa a Trayán, Straatman y Daniel García. El defensor oficial pidió absoluciones para sus representados.
También planteó la nulidad de las escuchas telefónicas realizadas durante la investigación. “Lo que sostengo es que se necesitan más elementos para sostener un pensamiento criminal. Violaron el derecho a la privacidad”, sostuvo.
“Pasiones políticas”
Betini se refirió a los vínculos de Trayán con la política. “Quedó cautivo de pasiones políticas. Quedó con un estigma. Aquí no hubo una banda”, manifestó.
El tribunal integrado por Gabriel Eduardo Casas -presidente- y los vocales Enrique Ignacio Jiménez Montilla y Federico Bothamley dispuso luego un receso.
El debate oral y público, que se extendió durante más de un mes, continuará hoy, a partir de las 9.30. Será el turno de alegar para la defensa de Walter Adolfo García -uno de los hermanos del supuesto líder de la banda-, quien es asistido por Sebastián Martín García.