Tres designaciones para la Justicia Federal de Tucumán aguardan la firma del presidente Mauricio Macri. Edgardo López Herrera, Martín Abdala y José Manuel Díaz Vélez son los candidatos firmes para llenar, en el caso de los dos primeros, vocalías vacantes de la Cámara de Apelaciones y el Juzgado N°3 en el supuesto del último (ver perfiles). Fuentes del Ministerio de Justicia y de Derechos Humanos de la Nación, y del Consejo de la Magistratura de la Nación confirmaron los avances, y añadieron que el Presidente tenía previsto remitir los pliegos al Senado durante los próximos días para que comience el procedimiento del acuerdo (ver “Cómo sigue el trámite”). Mientras las designaciones no salgan del despacho presidencial, su inquilino puede dar marcha atrás respecto de algunas o de todas.
Si los planes siguen el curso natural, los nombramientos en cuestión darán forma a la mayor renovación de la Justicia Federal tucumana de las últimas décadas. El Presidente aún dispone de la posibilidad de elegir al fiscal N°3, decisión que sopesa desde su llegada a la Casa Rosada y que podría tomar en cualquier momento (ver “La terna pendiente”). El lote de designaciones que avanzó tiene dos implicancias adicionales: por un lado, supone la primera huella que Cambiemos imprime en una institución judicial de esta provincia y, por el otro, concede un desahogo al sistema al concretar la posibilidad de poner en marcha el Juzgado N°3 creado en 2013. El impacto de la impronta es alto si se tiene en cuenta que el gran poder de estos Tribunales está concentrado en un staff pequeño de magistrados.
Los movimientos del Ejecutivo nacional cierran una semana intensa para la Justicia Federal de esta provincia. El martes fallecieron -con diferencia de horas- el camarista Ernesto Wayar y el ex juez N°1, Jorge Parache. La enfermedad del primero, que se desencadenó en julio, había asestado un golpe al funcionamiento del tribunal, que quedó con tres de sus cinco cargos acéfalos por las jubilaciones de Graciela Fernández Vecino y de Raúl David Mender (murió el año pasado). Esta desintegración, sumada a la falta de novedades respecto de las designaciones definitivas, había obligado a los camaristas Marina Cossio y Ricardo Sanjuán a incorporar en agosto a los jueces subrogantes Jorge David (funcionario judicial) y Hernán Frías Silva (abogado litigante). La intención del Gobierno de acelerar la cobertura de vacantes en propiedad descartaría la perspectiva de interinatos largos e, incluso, la convocatoria eventual de un tercer conjuez.
Con el aval de la Afip
El Poder Ejecutivo había recibido la propuesta para el Juzgado N°3 en febrero de 2017 mientras que las dos ternas para la Cámara entraron en abril de 2018. En esa época, el ministro Germán Garavano impulsó el estudio de los patrimonios de los candidatos a juez, paso administrativo que antes no existía y que transforma a los próximos magistrados en los primeros que, además de aprobar evaluaciones técnicas y distintas instancias de entrevistas en el Consejo de la Magistratura, superaron el filtro de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip). Martín Casares, jefe de Gabinete del Ministerio que conduce Garavano, atribuyó la ralentización de las coberturas de vacantes a esta medida tendiente a fortalecer la transparencia y la integridad de la Justicia en una entrevista concedida a LA GACETA en agosto.
El envío potencial de los nombres de López Herrera y de Abdala a la Cámara Alta dejará afuera de la competencia a cuatro postulantes: el juez federal N°1, Daniel Bejas; la funcionaria judicial Patricia Moltini; la defensora pública coadyuvante Pamela Tenreyro y el camarista provincial Mario Leal -Ángel Roger Luna Roldán estaba en la lista complementaria-.
Tanto López Herrera como Abdala lideraban sus respectivos tercetos. Ambos expresan dos trayectorias opuestas como concursantes: mientras que López Herrera había sido vetado para la judicatura en numerosas oportunidades en el pasado por parte de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y del ex gobernador José Alperovich, el abogado Abdala se convertiría en magistrado en el primer concurso en el que participó. López Herrera integró las ternas de los juzgados N°1 y N°2 de Tucumán -en manos respectivamente de Bejas y de Fernando Luis Poviña-, y de los despachos de Salta y de Jujuy. En 2011, el kirchnerismo llegó a enviar su pliego para el juzgado salteño, pero luego se arrepintió y lo retiró, y optó por confirmar en el cargo a Julio Leonardo Bavio, quien, al igual que Bejas, era juez subrogante.
Las especulaciones y cálculos alrededor de las ternas para la Cámar sugerían que López Herrera iba a quedarse afuera de aquel tribunal. Sucede que, por compromisos con el Partido Justicialista y para desocupar el despacho encargado de organizar los comicios federales, parecía probable que Bejas, que fue apoderado del peronismo local, ascendiera a camarista (el juez N°1 aspira, además, a entrar en la Cámara Nacional Electoral). López Herrera parecía destinado al Juzgado N°3 dado que también lideraba el terceto integrado por René Padilla (h) y Díaz Vélez (Carolina Ballesteros estaba en la lista complementaria). Pero el Gobierno de Macri habría decidido hacer una doble reivindicación colocando al civilista en el despacho de la alzada y a Díaz Vélez, otro concursante vetado en varias ocasiones por la administración kirchnerista, en la oficina de la primera instancia.