LG Deportiva acaba de arribar a Formosa y, pese a que apenas algunos minutos pasaron de las siete de la mañana, el radiante sol da la sensación de que fuese casi el mediodía. “¡Qué lindo día!” Sólo tres palabras pueden ser el puntapié ideal para desatar una charla futbolera. La frase que intenta amenizar el viaje hacia el hotel, hacerlo más llevadero, poder conocer algo más de una provincia sin mucha historia en el fútbol grande, pero que año tras año tiene su período de gloria con la llegada de la Copa Argentina, causa una catarata de sensaciones y de recuerdos.
Eso sí, el taxista indaga sobre el por qué de nuestra llegada a Formosa y cuando se entera que llegamos a cubrir el duelo entre San Martín y Boca, su semblante cambia. Esa información parece ser música para sus oídos.
“Es el mejor día en años. Hoy se juega un partido entre los dos clubes que tienen las mejores hinchadas del mundo”, lanza Víctor Hugo, casi dejando en segundo plano la conducción del vehículo. Ya no puede, sus revoluciones están a 5.000 y sólo la sede (su sede) es la que le deja algunas dudas. “Esta cancha (el “Antonio Romero”) no está preparada para este partido”, dice con un mueca de resignación.
El Gobierno de Formosa es uno de los que compra el derecho de ser sede y así se asegura un puñado de partidos por edición. “Está bien cuando vienen equipos chicos o cuando Boca y River se enfrentan a equipos menores. Pero Boca-San Martín…”, piensa y va más allá. “San Martín es gigante. Juega a estadio completo todos los partidos y su hinchada es muy seguidora, va a todos lados y no son pocos, eh jajaja”, agrega.
El taxista es un hombre que casi pisa los 60 años. ¿Cómo conoce tanto a San Martín? ¿Es un tucumano que dejó su provincia y se instaló en Formosa? No, nada que ver. “A San Martín lo comencé a seguir después del enorme 6-1 en La Bombonera. Recuerdo que esa tarde en la que (Antonio) Vidal González tuvo su partido de gloria, estaba con un bafle en la costanera. Me puse a escuchar el partido y comenzaron a llegar los goles de San Martín. Había unos amigos ‘boquenses’ y yo los cargaba. Realmente fue impresionante. Ahí le tomé simpatía y después vi lo que es su hinchada y me terminé de convencer que es un grande. Ojalá le vaya muy bien”, remata Víctor Hugo, declarándose un “Ciruja” más. “Desde acá, desde Formosa, voy a hacer fuerzas para que San Martín tenga muchos éxitos más”, concluye dejando en claro que el “Santo” tiene banca, en cualquier rincón de Argentina.