A finales de agosto, las encuestas para las elecciones presidenciales del 7 de octubre en Brasil mostraban al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva como favorito, con un 40 % de los votos, y al ultraderechista Jair Bolsonaro en segundo lugar, con posibilidades de avanzar a una segunda vuelta.
Cuando falta un mes para los comicios, sin embargo, el panorama ha cambiado radicalmente: la candidatura del ex presidente Lula fue prohibida por la Justicia, y Bolsonaro, el “Donald Trump brasileño”, acaba de sufrir un atentado que casi le cuesta la vida y que disminuirá mucho sus posibilidades de hacer campaña.
Así, los dos hombres que sumaban más de la mitad de los votos entre ambos se encuentran con enormes dificultades de cara a la contienda electoral, lo que causa una situación pocas veces vista en el mundo.
Al mismo tiempo, y de forma completamente inesperada, si Bolsonaro continúa con su candidatura como se presume, el episodio podría favorecerlo en sus intenciones de llegar a la presidencia, aseguran varios analistas y medios locales. Ellos coinciden en que la “victimización” del candidato de derecha podría servir para disminuir el rechazo que provoca.
“La conmoción en torno al ataque tendería a impulsar las intenciones de voto a favor del capitán de reserva y causar una caída en su rechazo, además de aumentar sus chances de ganar en segunda vuelta”, analizó el diario “Gazeta de Povo”, en la misma línea que otros periódicos locales.
A la vez, si por un lado puede ser que su imagen mejore, por el otro el atentado complicará muchísimo sus posibilidades de hacer campaña, al menos en la calle y en actos públicos.
Recuperación
El cuchillazo que un hombre le propinó en la ciudad de Juiz de Fora, le causó al candidato ultraderechista una importante lesión en el intestino. Bolsonaro, de 63 años, fue intervenido quirúrgicamente y deberá mantener reposo al menos durante una semana.
Incluso, debido a la dimensión de la herida, el representante del Partido Social Liberal (PSL) podría sufrir algún tipo de complicación en el proceso post-operatorio, por lo que se mantiene con antibióticos y en observación, según los médicos.
“Vamos a seguir porque somos mayores que todo esto”, dijo el general Hamilton Mourao, compañero de fórmula de Bolsonaro. Lo hizo para disipar las dudas que genera esta situación. En la única encuesta que se hizo sin la opción de Lula, el ex militar encabeza con el 22 % de los votos.
Qué pasa con Lula
En el caso de Lula, su exclusión ya es casi un hecho. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) falló en contra de su candidatura, en aplicación de la “Ley de expediente limpio” (”Lei da ficha limpa”), que impide a un condenado en segunda instancia -como es el caso del ex mandatario-ocupar cargos públicos.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT), de 72 años, se encuentra preso desde el 7 de abril, condenado por corrupción en el marco de la megacausa conocida como “Lava Jato” (”Lavado de autos”). Sus abogados presentaron tres recursos ante la Justicia en favor de su candidatura, de los cuales dos ya fueron denegados y se estima que el tercero seguirá el mismo destino. Una vez que el PT acepte la exclusión de Lula, Fernando Haddad, su compañero de fórmula, será presumiblemente el candidato.
En la primera encuesta que se hizo tras la decisión del TSE, sin embargo, el ex alcalde de Sao Paulo apenas reunió el 6% de los apoyos, casi siete veces menos de lo que medía su compañero de fórmula.
Según algunos analistas políticos, de todas formas, esta situación podría cambiar una vez que el PT oficialice a Haddad como candidato principal. Más allá de eso, lo cierto es que, sin Lula, las posibilidades de que el partido que ganó las pasadas cuatro elecciones presidenciales vuelva a conseguir un triunfo disminuyeron de manera drástica.
En medio de tamaña incertidumbre, los candidatos que se encontraban por detrás de Lula y Bolsonaro aguardan su oportunidad y revisan sus estrategias electorales.
La centrista Marina Silva y el izquierdista Ciro Gomes ocuparon el segundo lugar en el más reciente sondeo, que no incluía a Lula, ambos con un 12 % de los votos. El altísimo porcentaje de rechazo que enfrenta Bolsonaro juega a su favor: en el caso de pasar a segunda vuelta ante el ex militar, ambos tendrían buenas posibilidades de asumir el 1 de enero de 2019 la Presidencia de Brasil.
Discurso moderado
El caso de Geraldo Alckmin, quien tiene el 9% de las preferencias, es diferente. En sus últimas intervenciones públicas había criticado a Bolsonaro, pero, tras el atentado del jueves, su equipo de prensa lo orientó a moderar su discurso.
Encima, tras criticar también la gestión del presidente Michel Temer, este le respondió con un video publicado en Twitter en el que le recordaba que su partido es parte de la actual coalición de gobierno, por lo que las críticas resultaban incomprensibles.
Por debajo de Alckmin se encuentran varios candidatos, entre ellos Henrique Meirelles, correligionario de Temer, y Guilherme Boulos, líder del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que no parecen tener ninguna posibilidad de competir por los primeros lugares.