El presidente Mauricio Macri dijo en su mensaje grabado y emitido ayer por la mañana que compactaba su equipo de trabajo. La síntesis fue precisa: desde ayer sobran 10 sillas en las reuniones de gabinete presidencial. Antes del fin de semana y de las reuniones políticas para definir qué hacer frente a la corrida del dólar y la devaluación de finales de agosto, en Casa Rosada las mesas de trabajo eran encabezadas por el presidente y había 20 lugares más. Ahora quedan la mitad.
En el balance hay quienes ganaron poder, lo resignaron y quienes directamente perdieron categoría. El lote de ganadores lo encabezan los ministros Rogelio Frigerio, de Interior; Carolina Stanley, de Desarrollo Social y Salud; y Dante Sica, de Producción. El jefe de Gabinete, Marcos Peña perdió poder en la reestructuración del equipo presidencial. En cambio, ocho funcionarios bajaron un escalón: pasaron de ser ministros a ocupar secretarías de Estado.
Ganadores
Frigerio salió fortalecido del fin de semana de negociaciones y danzas de nombres en la Quinta presidencial de Olivos. El titular de Interior, en clara pugna de poder con Peña, nunca estuvo en la danza de colaboradores substituibles. Su tarea será fundamental en el corto plazo: deberá entablar las negociaciones con los gobernadores para acordar el ajuste en el proyecto de Presupuesto 2019. Estuvo presente en las gestiones para acotar el gabinete, un plan que impulsaba puertas adentro de Casa Rosada desde el año pasado.
Sica fue uno de los últimos funcionarios en incorporarse al gabinete. Sustituyó a Francisco Cabrera en Producción y ya ganó poder: se incorporan a su estructura la Secretaría de Trabajo (que comanda el ex ministro Jorge Triaca), y la Secretaría de Agroindustria (encabezada por el ex ministro Luis Miguel Etchevehere).
Stanley completa el grupo de ganadores: la ministra de Desarrollo Social integra el gabinete presidencial desde 2015 y ahora su cartera absorberá Salud (el secretario será el ex ministro Adolfo Rubinstein). Así, la ministra será la encargada de manejar el presupuesto de asistencia social y sanitaria del Gobierno nacional.
Golpeados
El jefe de Gabinete pasó una semana con saldo negativo: Peña resistió la presión, mantiene la confianza del presidente pero perdió a dos colaboradores con el alejamiento de sus vicejefes de Gobierno, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. El golpe lo hizo resignar terreno frente a Frigerio. Pese a todo, su área absorbió al Ministerio de Modernización y el ex ministro de esta cartera, Andrés Ibarra, ocupará el rol de vicejefe de Gobierno.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, también vivió un fin de semana plagado de zozobra. A la crisis de divisas, se suma que ofrecieron su cargo a Carlos Melconián, pero el cordobés no asumió porque buscaba tener atribuciones de súper ministros. Sale respaldado, pero luego de que varios sustitutos sonaran fuerte.
Perdedores
Diez funcionarios quedaron relegados por los cambios de Gabinete. Quintana y Lopetegui, referenciados como los ojos y la inteligencia de la gestión por Macri, debieron alejarse. Triaca (Trabajo), Etchevehere (Agroindustria) y Rubinstein (Salud), se incorporaron como secretarios a las órdenes de otros ministros. En el lote también cayeron Javier Iguacel (ahora secretario de Energía), Lino Barañao (secretario de Ciencia y Técnica) y Sergio Bergman (secretario de Medioambiente). El canciller Jorge Faurie por ahora se mantiene en el cargo, aunque su cartera fue ofertada al economista Alfonso Prat-Gay.
Perfiles
› Marcos Peña
El jefe de Gabinete perdió a sus vicejefes Lopetegui y Quintana. Conserva el puesto e incorpora a Modernización, que bajó de Ministerio a Secretaria, y así suma a Andrés Ibarra. La presión no cesó: le ordenaron que suspenda su informe trimestral en el Senado.
› Nicolás Dujovne
Se mantiene como ministro de Hacienda y continúa frente al manejo de la negociación con el FMI. Estuvo a punto de ser sustituido por Carlos Melconián, pero mantiene el puesto. Luis Caputo, presidente del Banco Central lo acompaña a negociar con el Fondo. Absorbió a Energía.
› Alejandro Finocchiaro
El ministro de Educación sorteó la inestabilidad. El sustituto de Esteban Bullrich (ahora en el Senado), absorbió los ministerios de Cultura y de Ciencia y Técnica (Dante Avelluto y Lino Barañao). Pese al respaldo, tiene aún tiene abierta la paritaria de docentes universitarios.
› Dante sica
El titular de Producción es otro de los ministros que salió fortalecido de las reuniones de reestructuración en la Quinta de Olivos. El sucesor de Francisco Cabrera ahora sumó bajo su estructura a las secretarías de Trabajo (Triaca) y Agroindustria (Etchevehere).
› Carolina Stanley
Figura histórica del gabinete nacional, desde la presentación del “mejor equipo de los últimos 50 años”. Ahora pasará a manejar uno de los presupuestos más elevados porque incorpora bajo su tutela al ex Ministerio de Salud. Su rol: contener los estallidos sociales.
› Oscar Aguad
Se mantiene al frente del Ministerio de Defensa. Es otro de los ministros que pudo zafar del ojo de la tormenta, en la búsqueda de fusibles que se puedan cambiar para dar un mensaje de renovación. Se rumoreaba que lo sustituiría Ernesto Sanz, pero la gestión no prosperó.
› Guillermo Dietrich
Es otro de los funcionarios que se mantiene desde 2015. Si bien conserva el puesto, deberá afrontar parte del costo del ajuste para bajar el déficit: el año que viene se eliminarán los subsidios al transporte público, pero no se aclaró cómo se instrumentará el traslado.
› Patricia Bullrich
La titular de Seguridad se mantiene en el Ministerio. Es uno de los puntales de la gestión macrista por su tarea frente al narcotráfico. Sin embargo, un corrillo daba cuenta de que su área podía unificarse a Defensa. Carga con el desgaste de “la doctrina Chocobar”.
› Rogelio Frigerio
El ministro de Interior ganó poder por su rol con los gobernadores: deberá ser el negociador para garantizar la gobernabilidad, de cara al año electoral. De su pericia surgirán los acuerdos para definir cuáles partidas se ajustan y qué obras públicas tendrán fondos.
› Germán Garavano
Su cartera había formado de la baraja de posibles cambios, sin embargo el corrillo no prosperó y el presidente Macri lo ratificó al frente del Ministerio de Justicia. Su plan para modernizar el acceso a la Justicia convenció al jefe de estado.