Los argentinos reviven el temor de otra crisis por la incertidumbre reinante en el país

Los argentinos reviven el temor de otra crisis por la incertidumbre reinante en el país

Por Gabriel Tuñez - Agencia DPA.

31 Agosto 2018

BUENOS AIRES.- Los argentinos viven con temor, angustia, nerviosismo e incertidumbre un nuevo capítulo en su larga historia de crisis económicas, esta vez protagonizada por una vertiginosa devaluación del peso, que cayó ayer 11% frente al dólar y ronda el 100% desde inicios de año. En poco más de 40 años el país sudamericano vivió al menos cuatro períodos de graves inestabilidades financieras y de precios. En 1975, el entonces ministro de Economía Celestino Rodrigo aplicó un plan, luego conocido como “Rodrigazo”, que provocó en pocos días una fuerte devaluación del peso del 100% y una tasa inflacionaria anual de 777% que marcó el gobierno de María Estela Martínez (1974-1976), viuda de Juan Domingo Perón.

A mediados de 1989 el entonces presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) renunció en forma anticipada al cargo cuando la inflación trepó al 3.000 por ciento anual y el peso se devaluó un 2.000 por ciento. El país pasó a ser gobernado por el peronista Carlos Menem (1989-1999), que había ganado las elecciones presidenciales y que en su primer año de Gobierno también sufrió una escalada inflacionaria hasta que implementó un plan que equiparó el valor del peso al del dólar.

A fines de 2001 un estallido social y económico provocó la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa (1999-2001) en medio de graves manifestaciones reprimidas por la policía y en las que murieron una treintena de personas. Esa crisis dejó a más de la mitad de la población en la pobreza y una nación en cesación de pagos al no lograr hacer frente a sus deudas internacionales. Esos hechos dejaron una huella en la memoria reciente de los argentinos, que esperan no volver a vivir nunca una realidad similar.

“La situación social es peor que en 2001”, afirmó el ex presidente peronista Eduardo Duhalde (2002-2003), que sucedió a De la Rúa tras su dimisión.

“No creo que estemos como en 2001”, opinó, contrariamente, el diputado nacional Daniel Arroyo, de la opositora bancada peronista Frente Renovador. El legislador dijo que si bien la situación es crítica, todavía la actividad económica “sigue funcionando”.

Para el Gobierno del presidente Mauricio Macri, frente a la inestabilidad financiera “es el momento de transmitir templanza, seguridad y confianza”, aseguró el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

“Confianza” parece ser la palabra clave en los últimos días. La utilizó Macri este miércoles en un mensaje de 1:40 minutos que dedicó al país para anunciar que había llegado a un nuevo acuerdo, aunque de palabra, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un adelanto del crédito que el organismo internacional le otorgó en junio por unos 50.000 millones de dólares. “En las últimas semanas hubo nuevas expresiones de falta de confianza en los mercados, específicamente sobre nuestra capacidad de lograr financiamiento para 2019”, dijo Macri.

Con ese anuncio el mandatario procuró calmar una situación financiera, pero su mensaje recibió una respuesta contundente: la cotización del dólar inició una escalada que al finalizar la jornada representó un crecimiento del 8% y que hoy se incrementó otro 11%.

Todo ocurre en el contexto de una economía a un paso de entrar en recesión, que presenta un fuerte retroceso productivo y un alza de la inflación que en los primeros siete meses aumentó casi un 20 por ciento. Además, según cifras oficiales, en el primer semestre se perdieron 106.000 puestos de trabajo y los salarios cayeron en promedio 4,3% sólo en junio.

Las calles de Buenos Aires se colman a diario de protestas de trabajadores activos y desempleados, de pequeños productores que regalan miles de kilos de verduras que cosechan y panes en reclamo de subsidios a la actividad, de docentes y científicos que claman por haberes que les permitan, en el mejor de los casos, equiparar el índice de inflación.

Por el aumento de los precios los argentinos cambiaron sus hábitos: compran productos alimenticios de menor precio y calidad, concurren menos a restaurantes, evitan movilizarse en autos ante el incremento del combustible y utilizan la bicicleta en lugar del transporte público, cuyo valor se incrementó en 60 por ciento entre julio y agosto.

Algunas de las principales cadenas de alimentos, inclusive, comunicaron a los supermercados que suspenden en forma temporal las entregas hasta que los valores en dólares se estabilicen. Además, el propio Macri admitió que la tendencia de baja de la pobreza que venía registrando su Gobierno cambiará en el primer trimestre del año, cuando los números volverán a subir.

“¿Ustedes serían capaces de decirles a un niño argentino de 12 años que no va a vivir cuatro o cinco crisis económicas en su vida?”, pregunta un pequeño empresario a sus amigos en un grupo de WhatsApp. Ninguno pudo darle una respuesta.

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