Visiblemente enojado con el intendente, Germán Alfaro, el sindicalista Carlos Arnedo presentó su renuncia al frente de la Secretaría de Servicios Públicos de la Capital. La dimisión se da, además, semanas después del escándalo generado por el extraño robo de una estatua de más de 100 kilos en el parque 9 de Julio.
“Ante lo expresado por usted en la reunión del día de la fecha y no compartiendo en lo más mínimo las expresiones vertidas, me dirijo por este medio al solo efecto de presentar mi renuncia al cargo con el cual me honrara”, planteó Arnedo en el texto que ingresó después del mediodía al despacho de Alfaro.
Según confirmaron fuentes de la Municipalidad, durante la mañana el intendente había citado a una reunión de trabajo a los funcionarios del área de Servicios Públicos, que hasta ayer encabezaba Arnedo. Junto con él estuvieron subsecretarios y directores de ese organismo. Según el relato oficial, Alfaro les habría recriminado por una supuesta falta de comunicación y de coordinación dentro del área, y les reclamó un mayor trabajo en conjunto. Sin embargo, nada hasta el final de esa reunión hacía presagiar que Arnedo finalmente presentaría su dimisión al cargo. En rigor, en la Intendencia se sorprendieron por el tenor de la renuncia presentada.
“Decía el general Perón ‘la única verdad es la realidad’. Hoy la realidad me marca que con sus manifestaciones me iguala hacia abajo con personajes oscuros que no tienen currículum sino prontuario. Por mi dignidad, mis convicciones y fundamentalmente por mi militancia considero necesario y pertinente dar un paso al costado, entendiendo que de esta forma pasaré a ser un problema menos de su gestión”, planteó en su renuncia el ex titular de la Unión de Docentes Tucumanos (UDT).
“Con profundo dolor y sinceridad, vuelvo a mi lugar de origen laboral y sindical, poniendo en su conocimiento que desde el llano me permitiré -si usted está de acuerdo-, seguir formando parte de las filas políticas que encabeza”.
A principios de mes, Servicios Públicos quedó envuelto en la polémica por el robo de una estatua en el parque 9 de Julio. La pieza, que se encontraba en el sector sur del paseo público, en la zona cercana al lago San Miguel, fue sacada sin que nadie lo advirtiera, pese a que cerca de allí se encuentran los galpones de la Dirección de Parques y Jardines.
El robo fue advertido por el escultor Ángel Díaz, quien tiene a cargo el taller de restauración. “Meditación” estaba emplazaba sobre la avenida Ramón Paz Posse. Pertenece a un conjunto de réplicas colocadas sobre esa arteria hace casi un siglo. Fue traída de Europa por Juan B. Terán en 1926 y emplazada en el parque entre 1927 y 1928. El entonces rector de la Universidad Nacional de Tucumán había viajado para comprar copias de estatuas clásicas. En la “Fonderie d’Art du Val d’Osne”, en París, compró las réplicas de hierro fundido y en mármol.
La estatua es de hierro fundido y pesa más de 100 kilos. Fue sustraída desde el interior del parque 9 de Julio, en la madrugada del viernes 3 de este mes. Sin embargo, la denuncia policial fue realizada por Arnedo cuatro días después. El ahora ex funcionario municipal había dicho que por problemas de la comisaría de esa jurisdicción, recién pudieron denunciar el caso el martes posterior, a las 15.