ROSARIO.- San Martín espera que su salto a la Superliga sea en paracaídas y que el final de temporada lo encuentre pisando la tierra firme de la permanencia. La pobre cosecha de un punto sobre seis en el aterrizaje del “Santo” en la máxima categoría no es para encender las luces de alarma: se comprende que en los primeros partidos se pague “derecho de piso” y sirvan de acomodamiento a la nueva divisional.
En ese sentido, el cotejo en La Ciudadela frente a Gimnasia y Esgrima La Plata, a jugarse el lunes próximo, adquiere una trascendencia vital. No solo porque el “Lobo” está al borde de la zona de descenso y es un rival directo en los promedios, sino también porque San Martín necesita ganar en confianza y encontrar un equipo titular competitivo, a la altura de los desafíos que plantea este complicado torneo que es la Superliga.
El empate ante Unión en el debut y la derrota ante Rosario Central el domingo dejaron en claro que San Martín todavía tiene que adaptarse a las nuevas exigencias. El propio Rubén Darío Forestello lo aceptó el domingo a orillas del Río Paraná.
“Estamos jugando contra equipos de jerarquía, que tienen 150 millones de pesos anuales (de presupuesto) y 40 jugadores… aquí hay una realidad. No sé si ustedes se habrán dado cuenta pero hemos subido de categoría y existen diferencias a nivel de plantel por número y por otras condiciones”, respondió ante una consulta de LG Deportiva.
“Estamos volviendo empezar y tenemos que remar”, agregó el técnico “santo” con sentido de realidad.
Más allá de eso, el “Yagui” transmitió confianza: “Hicimos un buen partido en líneas generales. Ya vamos a funcionar mejor”.
Proyecto a largo plazo
Ignacio Arce, también se refirió a las consecuencias futbolísticas del cambio de categoría. “Es obvio que influye en el rendimiento. Recién nos estamos conociendo, varios de nosotros somos nuevos en esto (Primera División), todo lleva su proceso y es un proyecto a largo plazo. Lo importante es que nunca cambiamos la manera ni el estilo”, afirmó.
Consultado por LG Deportiva sobre si considera que San Martín debe elaborar un “Plan B” para superar a sus rivales cuando no es posible hacerlo apostando a la tenencia y a la circulación del balón, el golero contestó: “Es difícil jugar en Primera con un 4-3-3, con poca gente en el medio, pero es lo que se trabaja, lo que le gusta a Darío y en lo que nosotros nos sentimos cómodos”.
“Hicimos una gran diferencia en la B Nacional y este es un proceso que se va a ir acomodando con el trabajo”, añadió el arquero “santo”.