Para el sector automotor, el 2018 es el peor año desde 2002. Así lo reveló ayer el titular de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), Dante Álvarez, durante la convenció anual de la entidad, que reunió a empresarios de todo el país.
“Forzando las ventas puede ser que estemos un poco por arriba de los 800.000 vehículos comercializados”, señaló el dirigente empresario, quien a la vez sostuvo: “se da la paradoja de que tenemos un nivel de operaciones todavía bueno, pero con 0% de rentabilidad”.
Según dijo, el sector pasó de un primer cuatrimestre récord y una proyección de un millón de patentamientos anuales, a no saber si de acá a diciembre se podrán vender todas las unidades que tienen en stock. El discurso del sector 0 km viró rotundamente de mayo a hoy: “es el peor año desde 2002”, sostuvo Álvarez.
No es casualidad: la suba de precios por la devaluación y la caída de la financiación bancaria por aumento en las tasas de interés derrumbaron la venta de los 0 kilómetro. En junio cayó un 17,5%; en julio, un 17,4%; y parece que agosto no será la excepción.
Si se confirma la caída del corriente (se habla de un 25% menos que en el mismo mes de 2017), sería la primera vez desde el período enero-marzo de 2015 que la venta de los 0 kilómetros decrece durante tres meses seguidos. El problema central, según Álvarez, no es la cantidad de unidades comercializadas sino su ganancia. Cuando habla de “ventas forzadas”, Álvarez se refiere “al festival de promociones y descuentos” provocados por los ambiciosos objetivos de ventas de las fábricas. “Esto erosiona el ingreso real y lleva a tener el stock más alto de la historia, con un gran costo financiero por la tenencia de unidades”, manifestó el ejecutivo.
A su vez, el presidente de Acara se quejó de la presión impositiva agobiante de parte de provincias que, por maquillar sus propios descalabros fiscales, “han incrementado la tasa de Ingresos Brutos y las percepciones de los mismos”.“El caso más grave es el de la provincia de Buenos Aires, donde hoy estamos obligados a tributar sobre el monto total de la operación y no sobre nuestro margen comisional, como lo indica el Código Civil y Comercial de la Nación, lo que ha puesto en serio riesgo la supervivencia de los concesionarios”, sentenció.