Las escenas que acababan de ver en el cine de pronto se hicieron realidad. Una pareja que había asistido a una función de la película tucumana “El Motoarrebatador” fue víctima de un violento robo poco después, cuando fue interceptada por una banda que actuó bajo esa modalidad. Pero los ladrones no regresaron para redimirse, como ocurre en la película de Agustín Toscano, sino que descargaron toda su furia contra las víctimas.
Ocurrió el domingo a la noche frente a una casa de La Madrid al 1.900, en La Ciudadela. “Parece una ironía que nos hayan asaltado después de ver esa película”, reflexiona Ramiro Salvador, quien todavía no se recupera de la brutal golpiza que le propinaron los delincuentes. El joven taxista sufrió tres cortes en la cabeza como consecuencia de los culatazos que recibió. “Cuando intenté resistirme uno de ellos me gatilló dos veces: pensé que me mataba”, afirmó.
Sobre el ataque, Salvador contó: “eran cerca de las 22. Subí el auto a la vereda y bajé con mi esposa para abrir el portón del garaje. En ese momento aparecieron seis tipos en tres motos. Parecían de unos 17 años. Se bajaron con las armas en las manos y me empezaron a golpear en la cabeza”, relató.
El taxista explicó que se apoderaron de su celular, su billetera (tenía $ 1.000 de la recaudación del fin de semana) y arrancaron el reloj taxímetro del Fiat Uno con el que trabaja. También le quitaron la campera. “Pero no se conformaron y me pedían más, mientras me seguían pegando”, contó.
Entonces, dice, ocurrió el momento más dramático. “Dos me golpeaban en la cabeza con las armas y otro me pateaba. De pronto empujé a uno. Trastabilló y cayó cerca del cordón. Cuando se incorporó me apuntó y gatilló dos veces”.
“A mí me reclamaban que les dé mi celular -relató Indra Rodríguez, su mujer- y yo les decía que no tenía porque ya me lo habían robado. Me agarraron del pelo y me golpearon. Me revisaron para ver si tenía dinero. Después me arrancaron la cartera. Mientras, veía cómo golpeaban a mi esposo, que tenía el rostro bañado en sangre”.
En medio de la violenta escena, el hijo de la pareja, un adolescente de 15 años, escapó corriendo y buscó ayuda en un quiosco ubicado a unos 20 metros, sobre Pellegrini. El dueño del local llamó al 911. Mientras tanto, los ladrones escaparon. “Para él también fue un momento muy difícil porque había sido víctima de un robo hacía poco tiempo”, contó Salvador.
“La Policía no llegó y los ladrones se fueron porque ya no tenían qué más robar; actuaron con total impunidad, fue una situación terrible”, agregó.
Una noche interminable
Salvador y Rodríguez precisan que, tras el ataque, acudieron a la seccional 3ª para hacer la denuncia. En esa sede policial, sostienen, tuvieron inconvenientes para dejar documentado su caso. “Me estaba atendiendo un agente. Llegó el jefe. Me dijo que no hiciera la denuncia, que lo que necesitaba era hacer una exposición. Luego llamó al policía que me estaba tomando la declaración y le dijo que lo necesitaba para otra cosa. Pero al final terminé haciendo la denuncia”, contó ella.
El ataque se produjo, explicaron las víctimas, cuando se había registrado un apagón en la zona. “Se llevaron la llave del auto y a la cartera la arrojaron antes de llegar a la avenida Colón. Sentimos terror. A las 4 leí por Facebook que le había sucedido lo mismo a otra pareja, pero lograron cerrar rápido el portón. Habían publicado una foto de mi cartera; así la recuperé”, contó la mujer. El taxista agregó que como los motochorros se habían llevado la llave del taxi, tuvo que desinflar las ruedas y sacarle la batería al auto. “Tenía miedo de que volvieran y se llevaran el auto. Hoy no puedo trabajar”, concluyó.
Denuncias LA GACETA cuenta con un canal directo para que los lectores puedan difundir los hechos de inseguridad los que fueron víctimas. Los datos (que también pueden estar acompañados por imágenes y videos) deben ser enviados vía WhatsApp al número 381-6311910.