El embajador estadounidense Edward Prado está persuadido de que su conocimiento del español fue determinante para que lo enviaran a la Argentina. Con esa convicción, dice a LA GACETA que recomendó a los jóvenes con los que se encontró este lunes en el instituto de inglés Aticana que estudien idiomas. “Hablar otra lengua abre oportunidades”, asegura el diplomático y ex magistrado federal, que desembarcó en esta ciudad para participar del encuentro internacional “Delito de odio, discriminación e intimidación en la era de las redes sociales”.
Prado agrega que tampoco hay que tener miedo de salir a ver el mundo. “Si los estudiantes reciben una beca que implique irse de Tucumán, deben aceptarla, y animarse a descubrir y conocer lugares distintos. Si nunca salen de su lugar de origen, se van a limitar”, aconseja. El embajador confiesa que tanto él como su esposa María proceden de familias de ingresos bajos: “fui el primero que pudo ir a la universidad (estudió en instituciones del Estado de Texas). Mi señora también. Nuestros padres nunca acabaron el secundario. Así es que para nosotros la educación tiene muchísima importancia. Yo nunca soñé que iba a recibir la oportunidad de ser embajador, pero, gracias a la educación, uno puede avanzar y crecer”.