“No vamos a ceder”. La frase que se escuchó ayer en La Ciudadela corresponde a un dirigente. La decisión está tomada y desde la comisión directiva de San Martín advirtieron que no volverán sobre sus pasos. El día del debut del equipo en la Superliga llamó la atención la ausencia de banderas y de las diferentes facciones de la barra brava. A medida que pasaron las horas se fueron conociendo detalles de lo sucedido. Los líderes de las barras les exigieron a los dirigentes duplicar el monto de entradas que se regalan antes de los partidos, una costumbre que se instaló hace varios años -y que se repite en la mayoría de los clubes más allá de que la mayoría lo niega-. Si bien la excusa es que las localidades se usan para alentar al equipo, lo cierto es que una parte importante se vuelca para la reventa, lo que genera ingreso de dinero para los líderes de cada grupo. El cortocircuito comenzó cuando San Martín jugó contra Patronato, en la cancha de Deportivo Morón. Los hinchas pidieron una ayuda económica para cubrir los costos del viaje, pero la respuesta fue negativa.
La postura de los directivos del “Santo” es firme, más allá de que los antecedentes sobre el tema no son buenos. En el fútbol argentino cuando los conductores de los clubes se enfrentaron a las barras la pasaron mal. Los riesgos son numerosos y los antecedentes en otros clubes asustan: desde amenazas personales hasta el peligro latente de alguna actitud que perjudique al club desde lo económico o lo deportivo, como es la posible la quita de puntos por algún acto de violencia.
La respuesta de los socios y de los hinchas ajenos a los negocios de la barra fortalece la postura de los dirigentes. “Quedó demostrado que San Martín no necesita de ese grupo para que el equipo sienta el apoyo incondicional. Los que fueron al estadio alentaron y se hicieron sentir. Un bombo o una trompeta no hace la diferencia”, comentó un allegado a la institución.
La decisión está tomada. Comenzó una dura pulseada. Los dirigentes saben que no será una tarea sencilla, pero están dispuestos a asumir los riesgos.