José Francisco López, el tucumano que se desempeñó como secretario de Obras Públicas durante el kirchnerismo, pasó la noche fuera del penal de Ezeiza desde 2016, cuando fue detenido mientras intentaba ocultar en un monasterio casi nueve millones de dólares escondidos en bolsos.
El ex funcionario se presentó ayer ante el fiscal Carlos Stornelli en los tribunales federales de Buenos Aires y allí admitió su participación en las operaciones de supuesto pago de sobornos de empresarios a dirigentes del kirchnerismo entre 2005 y 2015. Luego de declarar por espacio de tres horas en la causa de “los cuadernos de la coimas”, arregló para convertirse en testigo protegido.
Una nota de la revista Noticias había revelado que, luego de ser detenido en la ciudad bonaerense de General Rodríguez, López cayó en una psicosis profunda en el penal de Ezeiza que le demandó meses de trabajo para volver a conectar con la realidad.
Según lo que informó el diario Clarín, el nacido en Concepción tendrá un domicilio oficial que depende del Ministerio de Justicia en el marco de este programa y que, por medidas de seguridad, se mantendrá bajo absoluta reserva.
Anoche, por primera vez, pasó la noche con el grupo de seguridad conocido como Los Lobos, quienes se hicieron cargo de su custodia. Se trata de un equipo que forma parte del Servicio Penitenciario Federal y del Grupo Especial de Intervención (GEI) que se prepara específicamente para este tipo de tareas.
De acuerdo a la mencionada fuente, Stornelli también le ofreció a la familia de López que ingresé al programa de testigos e imputados protegidos, pero la esposa del ex secretario de Obras Públicas decidió no ser parte del mismo. De todos modos, el Ministerio de Seguridad tomará medidas para mantenerlos a resguardo.
¿Por qué su información es clave?
López podría a partir de ahora involucrar a otros funcionarios y empresarios en la trama de sobornos que salió a la luz a partir del hallazgo de ocho cuadernos en los cuales durante una década el ex chofer de quien fuera el "número dos" del desaparecido Ministerio de Planificación Federal, Roberto Baratta, llevó un registro detallado de fechas, direcciones, nombres y los montos de dinero de los supuestos pagos.
“Ya habló muchísimo, pero faltan algunas cosas importantes todavía”, señaló una fuente al tanto de la investigación. Y agregó que, como requiere la ley del arrepentido, López apuntó hacia “arriba” en la escala jerárquica, que sólo completan el entonces ministro de Planificación Julio De Vido y la familia Kirchner.