Lilia Moyano, la bioquímica que coordinó la actuación técnica en el lugar del hallazgo de Paulina Lebbos y que participó en la autopsia del cuerpo, cerró ayer su declaración testimonial con una defensa del procedimiento. “Se hizo lo que se tenía que hacer: la preservación del sitio, de las evidencias, la inspección de la zona y la recolección de las pruebas”, enfatizó la profesional, entre otros dichos, durante la última audiencia.
Sin embargo, las contestaciones cerradas y casi impermeables de la perita no fueron suficientes para dejar en el ambiente de la sala la percepción de que se habían cumplido con las disposiciones básicas y legales durante el 11 y 12 de marzo de 2006, a la vera de la ruta 341, en Tapia.
Tras el testimonio de la especialista, que había iniciado el miércoles, la querella hizo hincapié en la pérdida de pruebas y el corte de la “cadena de custodia” del cadáver, es decir, el traslado desde el sitio del descubrimiento hasta la morgue judicial, entre otras irregularidades planteadas.
“El testimonio deja en claro que se hicieron maniobras de encubrimiento, comandadas en ese lugar por el ex jefe de Policía, Hugo Sánchez; el subjefe, Nicolás Barrera; y por el Secretario de Seguridad, Eduardo Di Lella. Muchas cosas quedaron en claro. Primero, se destruyeron pruebas importantísimas a propósito, y sin orden judicial. Segundo, se ha interrumpido toda la cadena de custodia de esas pruebas y, fundamentalmente, del cuerpo de Paulina”, enfatizó Alberto Lebbos, padre de la víctima, luego de la audiencia. “No hubo garantía ante quien pudiera intentar introducir o sacar pruebas del cuerpo”, dijo.
Lebbos remarcó que “quedó en evidencia el descontrol absoluto de la Policía Científica en marzo y abril de 2006, donde también estaba violentada la cadena de mando”. “Le daban absoluta protección a la doctora Moyano. La verdad, había una guerra interna entre la jefa del departamento de Toxicología y el jefe de la división Criminalística, (Fernando) Vázquez Carranza”, añadió Lebbos
Moyano respondió en la ronda de consultas que no recordaba “haber tomado muestras de tierra” para estudios posteriores y ratificó la destrucción de las muestras de larvas que habían sido recolectadas en el lugar del hecho, ya que no habían sido solicitadas por la Justicia. La eliminación de ese elemento se había producido en momentos del inicio de la investigación del último fiscal, Diego López Ávila.
“Los Bomberos eran los responsables de la cadena de custodia. Desconozco si podría haber hecho algo con el cuerpo, si se pudo haber introducido o extraído evidencias. Vi el cuerpo envuelto en la Morgue como lo había visto allá (en Tapia). Yo no observé alteraciones, nada que me haga sospechar”, enfatizó.
El Tribunal rechazó careos solicitados por la defensa de Di Lella: entre Moyano y Vázquez Carranza y Moyano con Miguel Sánchez, ex director de Criminalística y Estudio Forense de Gendarmería, entre otros. Este último había criticado el procedimiento de la Policía.