Los investigadores están seguros de que no fue una operación sencilla, cometida por un ladrón ordinario. La estatua “Meditación” es de hierro fundido y pesa más de 100 kilos. Fue sustraída desde el interior del parque 9 de Julio, en la madrugada del viernes pasado.
“Al menos cinco personas deben haber actuado para levantarla o usado una grúa para cargarla en un vehículo. Pienso que tiene que haber sido planeado”, explicó el arquitecto Miguel Ángel Bustamante, jefe del Departamento Obras e Instalaciones de la Municipalidad. Sobre el autor del robo, el experto consideró que “puede tratarse de un coleccionista”.
La estatua, que se encontraba en el sector sur del paseo público, en la zona cercana al lago San Miguel, fue sacada sin que nadie lo advirtiera, pese a que cerca de allí se encuentran los galpones de la Dirección de Parques y Jardines.
Demora
Otra controversia que se plantea en torno al robo de la pieza es el tiempo que pasó desde el momento en que el robo fue advertido hasta que se radicó la denuncia, cinco días después, el martes pasado. Para los investigadores, se perdió tiempo valioso para evitar que la pieza fuera ingresada al mercado negro y, posiblemente, sacada de la provincia.
El robo fue advertido por el escultor Ángel Díaz, quien tiene a cargo el taller de restauración. “Meditación” estaba emplazaba sobre la avenida Ramón Paz Posse. Pertenece a un conjunto de réplicas colocadas sobre esa arteria hace casi un siglo. Fue traída de Europa por Juan B. Terán en 1926 y emplazada en el parque entre 1927 y 1928. El entonces rector de la Universidad Nacional de Tucumán había viajado para comprar copias de estatuas clásicas. En la “Fonderie d’Art du Val d’Osne”, en París, compró las réplicas de hierro fundido y en mármol.
Una 20 de estas obras fueron robadas del parque en las décadas transcurridas desde su instalación. “Es muy valiosa porque es parte de la historia del parque, está desde sus orígenes”, explicó Bustamante. “Meditación” es una mujer con el torno desnudo y tiene un manto plegado sobre un banco semicircular. La figura estaba iluminada por un reflector.
Ayer fue a declarar ante la fiscala Adriana Gianonni (subroga la Fiscalía XI), el jefe de la seccional 11°. Según las fuentes consultadas, dijo que el director de Espacios Verdes, llamó al 911 y que desde allí le dijeron que se dirigiera hasta esa sede para documentar el robo. Según el relato del uniformado, el funcionario les comunicó que iba a esperar después de comunicarse con sus superiores, para determinar cuáles iban a ser los pasos a seguir. Pero, como no hubo denuncia, no dieron aviso a la fiscala.
Arnedo, en tanto, dijo que por problemas de la comisaría de esa jurisdicción, recién pudieron denunciar el caso el martes, a las 15 (Ver nota aparte).
Medidas
La fiscala Giannoni citó para hoy a las 15 a los funcionarios municipales para que cuenten su versión de los hechos. Al mismo tiempo, requirió a la Policía que le informe quién era el personal que debía haber estado realizando tareas de prevención para saber si habían constatado alguna irregularidad.
También pidió que se le informe si alguna de las cámaras de seguridad del parque registraron el momento en el que se produjo el robo de la pieza. Además, según confirmaron fuentes judiciales, habría solicitado que personal de la división de Delitos contra la Propiedad se hiciera cargo de la pesquisa. La hipótesis más fuerte que manejan es que un coleccionista podría haberse quedado la pieza y que, si no la llevó a otra provincia, la tiene oculta.
Zona insegura
Las personas consultadas comentaron que al caer la tarde el paisaje en el parque cambia y se vuelve peligroso transitarlo. Por la mañana se ven grupos realizado actividades físicas o disfrutando del principal espacio público capitalino. Pero aseguran que al caer la tarde, el panorama cambia y comienzan a registrarse hechos delictivos, principalmente ataques de motochorros o rompevidrios.
“Yo vengo a correr tres veces por semana. Por la mañana es un lugar muy tranquilo y ves a los policías que andan en bicicletas y en motos por las calles internas. Ese es el horario en que yo vengo a correr. Por suerte no vi robos”, cuenta Florencia Ocaranza.
“El problema es por la noche, van y vienen chicos en motos que cuando ven la oportunidad de robar no dudan. A las mujeres las arrastran por un celular o una mochila”, señaló Mariela Robledo, quien utiliza el espacio público para realizar actividades físicas.
“Lo que más se ven son motoarrebatadores rompevidrios. Cuando ven el momento se acercan a algún auto que esté estacionado y roban lo que encuentran”, comentó Adrián, un cuidacoches.