06 Agosto 2018
ESTARÁ IMPECABLE. El césped del Monumental luce en perfectas condiciones. Todos los días se realiza el mantenimiento necesario para que la cancha no sea un problema para los jugadores. la gaceta / foto de leo noli
Las quejas de los dueños de casa por el estado de césped durante el primer clásico con San Martín en el Monumental no hicieron más que encender una pequeña luz de alarma. ¿Cómo podía ser posible que el suelo estuviera en malas condiciones si no se había usado durante casi dos meses? A simple vista, desde las tribunas del “José Fierro” se vio como que el pasto estaba alto y la pelota picaba para cualquier lado.
Eso pasó en la realidad, pero tampoco fue para dramatizar tanto, opinan desde 25 de Mayo y Chile. Hubo un error en la coordinación previo a ese partido y no se cortó el pasto como generalmente se hace, un día antes del juego.
“Se esperó hasta último momento, pero llovió y no pudimos pasar las máquinas. En esta época del año sembramos un césped llamado Ryegrass Augusta, que crece de dos a tres centímetros por día. Ese fue el problema real”, comenta Miguel Dulor, uno de los encargados de custodiar y cuidar la tierra sagrada del Monumental que el jueves volverá a ver acción cuando Atlético reciba a Atlético Nacional de Medellín, por el duelo de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores.
Para ese día, la cancha será una autopista, promete. “Va a estar perfecta, venimos tratándola con productos especiales, nutrientes como hierro y un co-ayudante que la pone verde, bien verde”, sostiene Dulor.
La decoración
Los bastones de un verde oscuro y otro más claro que se alternan sobre el campo como teclas de piano no tienen una función estética sino táctica. “Por normas de la Conmebol -y también de la Superliga-, cada cancha tiene que tener 10 líneas divisorias en total, alternando el color. Son cinco por cada mitad de campo. Sirven de testigos a los jueces de línea, de punto de referencia para los árbitros y jugadores”, explica Dulor mientras camina la cancha del Monumental junto a LG Deportiva.
Como en toda competencia internacional, el campo pasa por una revisión antes de ser aprobado para jugar. “Generalmente, la gente de la Conmebol llega a eso de las 9 de la mañana del día del partido. Recorre la cancha, controla que las líneas demarcatorias cumplan con la medida estándar (12 centímetros) y luego siguen con lo demás. Hay mucho trabajo que la gente no ve, muchos detalles que sí o sí tenés que cuidar”, cierra Dulor.
Sabías qué...
En Atlético comprarán una cortadora de césped, cuyo costo asciende entre $ 1 y 1,2 millón. Mientras tanto, en los últimos tiempos se realizó la nivelación en ciertas partes del campo, pero falta. Por ejemplo, del córner de Bolivia y 25 al de Laprida y Chile, en línea directa hay una pendiente de 80 centímetros.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular
