Alperovich se libra de testificar en forma pública

Alperovich se libra de testificar en forma pública

Según la Corte local, los fueros impiden que el senador sea convocado a la sala para aclarar su testimonio sobre el caso “Lebbos”.

José Alperovich se sacó de encima la posibilidad de que la Justicia lo convoque al recinto donde se desarrolla el juicio oral y público del crimen cometido contra Paulina Lebbos. El senador justicialista y ex gobernador no tendrá que sentarse frente a la Sala III de la Cámara Penal a aclarar el testimonio que prestó por escrito ni pagar el costo político del rechazo a una eventual convocatoria, opción habilitada desde el momento en el que, por la inmunidad de arresto de la que goza, Alperovich no puede ser llevado ante el tribunal por la fuerza pública. La existencia de fueros parlamentarios avalan este tratamiento especial, según la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, que el lunes notificó que el ex mandatario sólo declararará por escrito.

El pronunciamiento de los vocales Antonio Gandur (preopinante), René Goane (intervino por la excusación de Antonio Estofán, ex fiscal de Estado de Alperovich) y Daniel Posse carece de antecedentes en el foro local. La sentencia, que no está firme y podría ser revisada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dejó sin efecto la resolución de los camaristas Carlos Caramuti, Rafael Macoritto y Dante Ibáñez, que estableció que Alperovich y otros funcionarios públicos, entre ellos el ministro público fiscal Edmundo Jiménez, estaban en condiciones de ser llamados a la audiencia para contestar las preguntas que generaran sus testimonios escritos, mas no obligados a comparecer en atención a los privilegios inherentes a sus respectivos cargos. Caramuti, Macoritto e Ibáñez consideraron que esa “solución ecléctica” compatibilizaba la ingeniería del Código Procesal Penal de Tucumán (artículo 230) con la de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, instrumento que goza de jerarquía constitucional en Argentina. Pero los vocales Gandur, Goane y Posse concluyeron que la postura intermedia de la Sala III era una “reflexión dogmática” y, por ende, correspondía hacer lugar a la pretensión de Alperovich de no acudir a la audiencia.

Luego de repasar distintos ordenamientos jurídicos vigentes en el país, la Corte consideró que la postura de los camaristas Caramuti, Ibáñez y Macoritto carecía de motivación suficiente, y que era razonable que los funcionarios públicos gozaran de un trato especial como testigos que evite el entorpecimiento de la función que desempeñan (en este supuesto, la de integrante del Senado). Los vocales cuestionaron en particular la doble modalidad de respuesta escrita y oral ideada por la Sala III. “Resulta improcedente establecer una metodología para contestar los interrogatorios presentados (originalmente), y otra para responder las preguntas que busquen aclarar asuntos o suplir eventuales omisiones porque las partes tuvieron la oportunidad de acercar los cuestionarios que quisieron y no sufren mayores limitaciones para formular nuevas indagaciones. Por ello, corresponde que se mantenga la modalidad escrita, desechando el mecanismo (oral) que propone la sentencia impugnada”, dijo Gandur (Goane y Posse adhirieron). Este precedente beneficiaría también al ministro Jiménez, quien por separado presentó un recurso semejante al de Alperovich para evitar una declaración testimonial “a puertas abiertas” en el juicio “Lebbos”.

La comunicación del fallo de la Corte coincidió con la lectura de las primeras respuestas que Alperovich ofreció jurando que decía la verdad. La contestación no satisfizo a algunas de las partes y este lunes el tribunal ordenó que el testigo complete el interrogatorio, acto que el ex gobernador ha de practicar ya sin el temor de ser invitado a precisar públicamente el significado y alcance de sus palabras.

Galería 15 fotos En declaraciones periodísticas, el ex defensor de Hugo Sánchez, José Luis Chabán, manifestó que dejó la defensa por que “hay otras personas que a él lo acompañan que entienden que debe ser de una forma. Él quiere que yo imprima una tónica diferente que yo no la comparto". LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex jefe de Policía de Tucumán, Hugo Sánchez, acusado del encubrimiento del crimen de Paulina Lebbos, decidió cambiar de abogado en el reinicio de las audiencias luego de la feria judicial. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los abogados defensores Cergio Morfil y Gustavo Carlino, conversan con Alejandro García Biagosh, uno de los nuevos defensores designados por Hugo Sánchez. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Hugo Sánchez, ex jefe de Policía de Tucumán, acusado del encubrimiento del crimen de Paulina Lebbos, conversa con José Luis Chaván, quien hasta ayer ejercía su defensa. Desistió de la misma argumentando “incompatibilidad moral” LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex jefe de Policía de Tucumán, Hugo Sánchez, acusado del encubrimiento del crimen de Paulina Lebbos, declaró ante el tribunal, que cambiaba de defensa, porque el abogado José Luis Chaván, no tenía el tiempo necesario para dedicarse a la causa. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Roberto Luis Gómez, único acusado del homicidio de Paulina Lebbos, junto a su abogado Macario Santamarina. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex jefe de Policía de Tucumán, Hugo Sánchez, acusado del encubrimiento del crimen de Paulina Lebbos, junto a sus nuevos abogados defensores Marcelo Esteban Jiménez Santillán y Alejandro Federico García Biagosh. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los abogados defensores Cergio Morfil y Carlos Posse, junto al acusado del encubrimiento del crimen de Paulina Lebbos, el ex jefe de la Unidad Regional Norte, Héctor Brito. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El Tribunal hizo lugar al pedido de suspensión de los nuevos abogados del ex jefe de Policía, y este se reanudará el día lunes 30 de julio. "Prefiero perder tres días ahora que dejar abierta la puerta a una eventual nulidad procesal por violación al derecho de defensa, que pueda ser planteado para la resolución ante un Tribunal superior", fundamentó en el final el juez Dante Ibáñez. Tanto Ibáñez como su par, Carlos Caramuti, optaron por establecer un cuarto intermedio , mientras que Rafael Macoritto se manifestó en contra de esa postura en particular, no así en el recambio. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Eduardo Di Lella, ex Secretario de Seguridad de La Provincia, acusado del encubrimiento del crimen de PAulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Alberto Lebbos, junto a su abogado Emilio Mrad. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMSO SGROSSO
Desde el público, el ex abogado de Hugo Sánchez, José Luis Chabán, aclaró que había entregado todo el material sobre el juicio a quien fuera su defendido antes de que inicie la feria judicial. Lo que molestó a la querella, ya que se decidió el cuarto intermedio para que los nuevos defensores se interioricen con la causa. "El doctor Chaván entregó todo con el tiempo necesario para que los nuevos abogados puedan ejercer debidamente la defensa". LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex jefe de Policía de Tucumán, Hugo Sánchez, acusado del encubrimiento del crimen de Paulina Lebbos, se mostró molesto ante el pedido del abogado querellante Emilio Mrad quien solicitó un llamado de atención contra Sánchez y sus nuevos letrados. “Hay una mala fe procesal. Han venido a paralizar esta audiencia y esto estaba resuelto con anterioridad a la feria judicial”. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El recambio de abogados se produjo en momentos en que el Tribunal debe definir algunas medidas procesales requeridas sobre el ex chofer de Sánchez, Guillermo Arturo Polli. Algunas de las partes pidieron la detención por falso testimonio del testigo presentado, justamente, por la defensa técnica. En cambio, los flamantes defensores sustentaron el derecho de defensa, con base en “el fair play (juego limpio) y la paridad de armas”. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Nicolás Barrera, ex subjefe de Policía y, Hugo Sánchez, ex jefe de Policía durante el gobierno de José Alperovich, acusados del delito de encubrimiento del crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
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