28 Julio 2018
LA VÍCTIMA. Ricardo Ocaranza murió al recibir un disparo.
Uno de los dos acusados del homicidio de un niño de 10 años, estaba prófugo de la Justicia. El sospechoso, estaba cumpliendo arresto domiciliario por un crimen ocurrido en junio de 2014.
El sábado, en el barrio 1 de Mayo, dos adolescentes protagonizaron una violenta pelea. Una de las chicas, después de haber sufrido el ataque, fue hasta su casa y comentó a sus parientes lo que había sucedido.
De pronto, dos tíos de la chica se presentaron en la vivienda de la supuesta agresora y realizaron varios disparos. En la vereda de esa casa jugaban tranquilamente Ricardo Ocaranza (10 años) y Víctor David Silva (12). El primero recibió un proyectil en la axila izquierda que tocó su corazón. Lo llevaron al Hospital del Este y nada pudieron hacer para salvarle la vida. El otro, en tanto, fue herido en un brazo y ayer a la tarde, después de haber permanecido más de un día internado en el hospital de Niños, fue dado de alta.
La Policía detuvo a uno de los acusados esa misma noche, mientras que los hombres de la División Homicidios, al mando de los comisarios Jorge Dip y Diego Bernachi, fueron tras los pasos del otro sospechoso, que fue identificado como un tal “Muñeca”.
LA PRUEBA. La fiscala Reynoso Cuello observa los secuestros realizados.
Los investigadores lograron detenerlos el lunes en Termas de Río Hondo, luego de una importante persecución. El acusado, que fue identificado como Luciano Fernández, escapaba junto a su mujer y su pequeño hijo. No respetó la voz de alto e intentó escaparse. El sospechoso realizó una mala maniobra y se cayó. Logró incorporarse y se ocultó en un monte de la zona abandonando a su mujer ya su hijo, que resultaron ilesos en la caída.
Al ser trasladado a la provincia se confirmó que tenía pedido de captura. En junio de 2014 habría asesinado de dos disparos en la cabeza a Franco David Soria, en una emboscada que se produjo en Villa 9 de Julio. La víctima, sería hermano de Mirian “La Negra” Soria, acusada de liderar junto a Nilda “La Cabezona” Gómez una banda que se dedicaba a abastecer quioscos de narcomenudeo.
En uno de los allanamientos que se practicaron años atrás, en una de sus casas, la Policía encontró numerosos elementos que podrían haber sustraídos en los saqueos de diciembre de 2013 y más de $400.000. “Muñeca” se entregó ante las autoridades después de haber sido herido en una de sus piernas en un ajuste de cuentas.
La Justicia lo procesó y pidió que sea enjuiciado. El sospechoso, por su lesión, había solicitado que se lo beneficie con el arresto domiciliario, planteo que fue aceptado. Permaneció con una pulsera hasta hace más de un mes. La Policía lo buscó intensamente, pero no lo pudieron encontrar. Su nombre volvió a ser pronunciado por los investigadores por el crimen del menor. El sospechoso ya declaró en Tribunales y la fiscala María del Carmen Reuter pidió que sea encerrado en un calabozo.
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