“Es una clara demostración de cuan peligrosos son estos grupos que vienen operando desde hace tiempo en la provincia”. El investigador de la Policía Federal no podía salir de su asombro. Nunca antes había sucedido algo así en la provincia. “El Gordo” fue liberado en un golpe comando del Instituto Roca. El adolescente, de 17 años, está acusado de cometer tres homicidios en menos de dos años y de ser integrante del Clan Reyna, organización que está acusada de haber dominado el narcomenudeo en los barrios Juan XXIII (“La Bombilla”) y Manantial Sur, ambos de la capital tucumana.
Era una tarde como cualquier otra. Una tía del joven, identificada por policías como Karina Soraire, se presentó en el establecimiento donde están alojados los menores con conflicto con la ley para visitarlo. Después de haber estado reunida con él, salió del lugar y le pidió al guardia ingresar para entregarle una ropa que tenía guardada en una bolsa. El uniformado aceptó el pedido y, sin tomar ningún tipo de recaudo, le abrió la puerta. La mujer, según la investigación, aprovechó ese momento para extraer una pistola, reducir al policía y entregársela al menor. Allí se produjo el mayor momento de tensión.
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“El Gordo”, señalado por las autoridades como sumamente peligroso, apuntó con el arma a los policías que intentaban detenerlo. En el medio se puso el comisario José Décima. A los gritos, le pidió que entregara el arma porque se complicaría aún más su situación procesal. El adolescente, lejos de aceptar la orden, golpeó al oficial. Luego, junto a la mujer, salieron del establecimiento y huyeron en una moto. Hasta el cierre de esta edición, no había podido ser ubicado por las fuerzas provinciales y nacionales que están tras sus pasos.
Antecedentes
El adolescente ingresó al Roca el 20 de junio. Había caído por el homicidio de Fabio Farías, ocurrido ese día en el barrio Manantial Sur. El adolescente habría cometido este ataque por venganza. Según los investigadores, él pensaba que la víctima -integrante del Clan Farías- había brindado información para que la División Antidrogas Tucumán de la Policía Federal lo detuviera.
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Fue detenido a las pocas horas del hecho y recién allí se enteró que la Justicia Federal también lo buscaba. Él había explicado que en realidad Farías lo había atacado y que él sólo se había defendido. Pero los antecedentes le jugaron en contra. A pesar de su corta edad, está acusado de haber acabado con las vidas de Gustavo Farías -hermano de Fabio- y a Ezequiel Navarro, primo de las dos víctimas en dos hechos que se produjeron en 2016.
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Por ambos hechos estuvo durante varios meses encerrado y, después que le dieran una serie de medidas tutelares, recuperó la libertad. De acuerdo a fuentes judiciales, mató a balazos a ambos jóvenes (es un experto tirador) por la muerte de su hermano Emmanuel “El Monito” Reyna. En el sepelio, según varios de sus allegados, habría jurado vengarse y acabar con los miembros de los Farías, que también son sus parientes.
“El Gordo” es hijo de Mario Dardo “El Mono” Reyna, acusado de ser el líder de la organización que se dedicaba a la venta de drogas en pequeñas cantidades. Otro dato llamativo: “El Gordo” se escapó el mismo día que se entregó a la Justicia Federal su tío Francisco Juárez, otro de los eslabones importantes de la organización narco.