Puede sonar a conformismo hablar de un costado positivo en la eliminación de Jaguares a manos de Lions, pero no si se analiza el contexto: el equipo argentino ya había superado la vara de su objetivo más realista desde el mismo momento en que se clasificó a los playoffs del Súper Rugby, algo de lo que había estado lejos en las dos temporadas anteriores. Por otra parte, tenían todas las probabilidades en contra ante un rival que ya habían vencido, pero en Buenos Aires; en Johannesburgo, Lions casi no había perdido en todo el año.
Los 1.800 metros sobre el nivel del mar son un plus a favor del equipo sudafricano, que de todos modos justificó el triunfo por 40-23, más allá de que el resultado quede holgado si se tiene en cuenta que Jaguares entró muy bien al segundo tiempo y estuvo a centímetros de asestar un try que lo hubiera puesto al frente en el marcador en un momento clave.
No pudo ser: el equipo conducido por Mario Ledesma se despidió sin poder alcanzar las semifinales, aunque dejando la vara más alta para la próxima temporada, con una racha de siete triunfos consecutivos durante la fase regular que será difícil de superar.
También fue la despedida del tucumano Nicolás Sánchez, que jugó su último partido con la franquicia, ya que a fin de año se sumará a las filas de Stade Francais. “Quiero agradecer a la Unión, a los entrenadores que nos dieron armas para pelear y sobre todo hicieron que creyéramos en nosotros mismos, a los jugadores que dejaron todo desde el primer día y nos tranformamos en una familia, a la gente que se le levantó a las 4 de la mañana para vernos o en la tribuna de Vélez para apoyarnos”, agradeció en las redes el 10 tucumano, que se despidió como goleador de los Jaguares, con 161 tantos en el torneo.
Las semifinales tendrán los siguientes cruces: Crusaders-Hurricanes y Lions-Waratahs.