“Me olvidé la clave, me olvidé el PIN”, son expresiones cada vez más frecuentes frente al cajero automático; o, inclusive, a la hora de desbloquear el celular. En el afán de superar ese momento engorroso, un equipo de investigadores de las universidades Técnica de Berlín, de Ulm y de Michigan, ha desarrollado EmojiAuth, un sistema de acceso basado en emojis para teléfonos inteligentes Android.
Según el sitio digital “The Conversation”, una compañía británica ya había intentado en 2015 usar códigos de acceso emoji en lugar del número PIN en los cajeros automáticos bancarios. Pero, apunta, no había un estudio formal sobre lo fácil que era utilizarlos, o sobre lo seguros que eran en comparación con otros métodos.
En paralelo, y con el afán de obtener más información, en el laboratorio y en el mundo real, los investigadores de las tres universidades mencionadas desarrollaron EmojiAuth. “¿Hasta qué punto recuerdan los usuarios sus contraseñas emoji? ¿Podrían ser más seguras?”, indagaron los investigadores, que afirman que las imágenes son más fáciles de memorizar que los números o las letras.
Destacan que los PINs sólo pueden estar compuestos por un pequeño número de símbolos: los números de 0 a 9. En cambio, apuntan, el uso de emoji permite seleccionar entre más de 2.500 figuras que son más resistentes a ser hackeadas.
Dos opciones
En el experimento inicial se dio a los 53 participantes un teléfono Android y se los dividió en dos grupos. El primer grupo de 27 personas seleccionó la clave de acceso compuesta por cualquiera de 12 en un teclado emoji generado de forma individual para cada usuario. Las otras 26 personas escogieron un PIN numérico.
“Nuestros resultados de laboratorio mostraron que tanto los PIN como los códigos de emoji eran muy fáciles de recordar. En general, -añadió- los usuarios de PIN recordaron sus contraseñas un poco más a menudo, aunque esto puede deberse a que muchas personas están acostumbradas a memorizar PIN.
“Pero las personas que usaron los códigos de acceso emoji reportaron que era más divertido introducir sus códigos”, aseguró.
Un tema no menor: la seguridad de los códigos de acceso emoji. Les pidieron a los participantes que miraran por encima del hombro del investigador mientras introducían un código de acceso. Y concluyeron que las contraseñas basadas en seis emojis elegidos al azar eran más difíciles de “robar” que otras opciones numéricas o basadas en secuencias menos aleatorias.